Frecuencia de la Cena del Señor
Frecuencia de la Cena del Señor
¿Con que frecuencia muestra la historia que celebraron la Cena del Señor los cristianos de los primeros siglos de nuestra era?
eso depende de muchos factores de si la iglesia esta lista, de si hay campana evangelística eso es otro factor . de cuantas veces al mes el pastor halla decidido cenar . hay iglesia que solo lo hacen una vez cada tres meses etc.
LA CENA DEL SEÑOR
“Por tanto, cuando os reunís, esto ya no es comer la cena del Señor” “Porque todas las veces que comáis este
pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga.”
1 Corintios 11:20,26
E
l Señor Jesucristo dio instrucciones a sus Apóstoles de que se enseñara a los discípulos a guardar todo lo que Él
mandó (Mt. 28:20 2 P. 1:19); además, dejó la garantía que el Espíritu Santo recordaría todo lo que dijo (Jn.14:26). La
Biblia nos muestra las dos ordenanzas dadas por el Señor: el Bautismo en agua, y la Cena del Señor (Lc. 22:19). La
Cena del Señor es también llamada Santa Cena en atención a su solemnidad y que el participante deberá hacerlo
buscando el rostro del Señor, y la oportunidad de ser ministrado en su ser integral.
D
ESARROLLO
1. UN EJEMPLO EN EL ANTIGUO PACTO, Éxodo 12.
Se encuentra en la Pascua (del hebreo Pesaj que quiere decir pasar por alto, gozo y alegría. Strong 6452). Las
instrucciones que el Señor dio a Israel para celebrarla eran:
a. b. c. d. e. Matar un cordero por familia (v.3-4),
El cordero debería ser sin defecto (v.5),
Impregnar parte de la sangre en los postes y dinteles de las puertas de las casas (sólo la primera vez v.7),
Comerlo completamente pasado por el fuego (v.10), con pan sin levadura y hierbas amargas (v.8), y
Debía hacerse con fe; ceñidos los lomos, sandalias en los pies y cayado en mano (v.11).
Estas instrucciones enseñan la actitud que se debía tomar en lo personal y colectivo (v. 47). Los participantes fueron
bendecidos con liberación (v. 51). Esta fiesta tenía un significado hermoso: el recordatorio de haber sido libres por
el Señor con mano poderosa, de la esclavitud de Faraón en Egipto (Ex. 13:14). Era una fiesta ordenada para Israel
(Ex. 13:10), pero ahora la Biblia nos enseña que tenemos un MAYOR PACTO CON MEJORES PROMESAS (He. 8:6),
por ello la Iglesia de Cristo no celebra la Pascua, porque Cristo es su Pascua (1 Co. 5:7).
2. EN EL NUEVO PACTO
pecados.
Fue en el Nuevo Testamento que el Señor estableció la Santa Cena, como recordatorio de su sacrificio por nuestros
3. JESUCRISTO EL CORDERO DE DIOS
Dios prometió a Abraham que se proveería a sí mismo de un cordero (Gn. 22:8). Cuando Jesús vino al profeta Juan
el Bautista, éste lo identificó como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Antes de ir a la
cruz el Señor Jesús se reunió con sus discípulos (Mt. 26:20), para celebrar la fiesta de la Pascua; allí incorporó el pan
y el vino, estableciendo de esa forma un pacto nuevo, BASADO EN SU CUERPO Y SU SANGRE (Mt. 26:26-27),
mostrando los planes de bendición de Dios para su pueblo: la liberación de la esclavitud del pecado a través del
sacrificio del Hijo Jesucristo (1 Co. 15:57).
4. DIOS ES UN DIOS DE PACTOS
A través de la Biblia encontramos que Dios hace pactos con el hombre para bendecirlo: Noé (Gn. 9:9), Abraham
(Gn.17:2, 7); también el hombre hace pactos: Booz y su pariente (Rut 4:4-6). Los pactos eran garantizados con
diversas prendas o elementos: el Arco iris (Gn. 9:12-13), la circuncisión (Gn. 17:10,13) y sandalias (Rut 4:7-8). El
Nuevo Pacto (2 Co. 3:6), hace cercano al pecador (Ef. 2:12-13), y hace viejo al pacto anterior (He.8:13); es
garantizado (Gá.3:15), con la sangre de Cristo (1 P. 1:18-19; He. 10:29; Ap. 1:5). La sangre derramada por el Cordero
de Dios es el Nuevo Pacto (Mt.26:28), es pacto del perdón de pecados, de la paz con Dios (Ro.5:1).
LA CENA DEL SEÑOR, Mateo 26:17-39; Marcos 14:12-26; Lucas 22:7-20; Juan 13:1-30; 1 Corintios 11:23-34; Juan
6:48-66
a. FUE ESTABLECIDA POR JESÚS: La noche que fue traicionado, el Señor la indicó “haced esto en memoria de
mi” (Lc. 22:19), que tiempo después le fue revelado al Apóstol Pablo (1 Co. 11:23-25). Es una ordenanza que
se debe obedecer (Mt. 28:20; Jn. 8:31; 1 Jn. 3:22).
b. LOS ELEMENTOS, EL PAN Y EL VINO: Cuando muchos discípulos no comprendieron la enseñanza de comer
del pan que descendió del cielo, se apartaron (Jn. 6:60, 66), tiempo después el Apóstol Pablo invita a
discernir el cuerpo del Señor al tomar el pan y el vino (1 Co. 11:29). En este acto participamos
simbólicamente, no literalmente, de la carne y sangre del Señor (Jn. 6:52-56).
i. El Pan, Lucas 22:19: El Señor dijo que Él era el pan vivo que descendió del Cielo (Jn. 6:51). En Juan 6
habla de su carne, su cuerpo: que es verdadera comida (del griego brosis: comida, alimento. Strong
1035). Cuando el Señor dijo “esto es mi cuerpo que por vosotros es partido, dado”, enseña el simbolismo
del acto, que se refiere a la consubstanciación (realidad de Cristo en el acto no en los elementos).
Simboliza la comunión con los hermanos, que siendo muchos, somos parte del cuerpo místico de Cristo
que fue partido (1 Co. 12:12), y que para estar en Él, debemos amarnos los unos a los otros (1 P. 1:22);
también nos recuerda que ya no somos huérfanos, sino hijos de Dios (Jn. 14:18; 1 Jn. 3:1; He. 12:9).
ii. El Vino, Mateo 26:27-28: La sangre (haima. Strong 129), es esencia de la vida (Lv. 17:11), y el Señor la
presentó como verdadera bebida (posis: bebida, representado en el jugo de las uvas o vino. Strong
4213), cuando dijo “esto es mi sangre”, la cual es derramada para vida. Representa la comunión con el
Señor, ya que la sangre derramada significa perdón de pecados (He. 9:22), y paz del hombre para con
Dios (2 Co. 5:19) por la que tenemos entrada al Lugar Santísimo donde está el Señor en su trono de
gracia (He. 4:16).
6. ES SÓLO PARA LOS SUYOS
En Éxodo 12:43 y 48 se prohibían que los extranjeros participaran de la Pascua, a menos que se circuncidaran.
Posteriormente el Señor Jesús sirvió la Cena a sus discípulos (Mt. 26:25-30), quienes al escuchar que alguien lo
traicionaría le preguntan ¿Seré yo Señor? (Mt. 26:22), porque aunque reconocían el señorío de Jesús, tenían temor de
ser traidores, lo que nos enseña que la Santa Cena es para llevarnos a una reflexión (Jn. 6:54; Fil. 1:6).
7. PROPÓSITOS
a. Recordar la muerte y resurrección del Señor, 1 Corintios 11:24: El alma tiende a olvidar las bondades de Dios
(Sal.103:2), por lo que uno de los objetivos de la Cena es recordar el sacrificio del Señor en la cruz (Fil. 2:8), para
mantener viva la esperanza (Ro. 5:2), y estar apartados para Él (1 Jn. 3:3).
b. Tener vida eterna en sí mismos, Juan 6:51, 53: Al juzgarnos a nosotros mismos en la Santa Cena (1 Co. 11:28),
debemos despojarnos de lo que no conviene y desagrada a Dios y para que Él nos limpie (1 Jn. 1:9). Cuando
comemos la Santa Cena estamos comiendo a Cristo y su vida (Zoe), está en nosotros (Jn. 6:57).
c. Tener comunión con Dios: Conduce a buscar la limpieza del alma y si se permanece firme, se tiene la vida de Él
(Jn. 6:56).
d. Fortalecerse, sanar y tener vida, 1 Corintios 11:30: Las consecuencias de no tomar la Cena en la comprensión y
actitud espiritual adecuada son: debilidad, enfermedad espiritual y física, y hasta muerte física, por ello al
participar de la Cena como agrada al Señor, recibimos: fortaleza, sanidad espiritual y física, y vida física
adicional.
Tomar su Imagen: La sangre contiene la genética, esta es la razón por la que los hijos se parecen a los padres (Gn.
5:3), cuando participamos de la sangre estamos introduciendo la genética Divina en nuestra vida, para
despojarnos al viejo hombre (Ef. 4:22), y así tomar la imagen del nuevo hombre (1 Co. 15:48), hasta llegar a la
estatura del varón perfecto, nuestro Señor Jesucristo (Ef. 4:13).
f. No ser juzgados con el mundo: Al hacer uso del juicio personal, guiados por el Espíritu Santo, somos redargüidos
de pecado (Jn. 16:8), lo que nos conduce al arrepentimiento y a estar en la voluntad de Dios (2 Co. 7:10).
g. Mantener el poder de la salvación, Hechos 2:42, 46: Es una oportunidad para gozar de la misericordia de Dios
para restauración (1 Co. 11:28), por lo que debemos participar.
INSTRUCCIONES EN LA CENA DEL SEÑOR
a. En su memoria: No debemos acercarnos a su mesa como un rito (Mt. 15:8), sino en memoria de su sacrificio, en
su honor (1 Co. 11:24-25), anunciando que a través de su muerte, Él pagó la deuda del pecado: pasado (Ef.2:1-2),
presente (1 Jn. 2:1), y con la expectativa futura “hasta que Él venga”, es decir, lleva implícito el anuncio de su
resurrección y retorno, porque Él vive (Lc.24:5), produce gozo y alegría a los que han alcanzado el perdón de
pecados (1 Co. 15:14).
b. Discernir el cuerpo del Señor: Es distinguir que lo que se hace, no solamente en una ceremonia física (Lc. 22:15),
sino un acto con un alto contenido espiritual: es la sustancia del pan que representa el cuerpo de Cristo (Col.
1:18a), al entender que en su cuerpo “Él llevó el castigo de nuestra paz, que fue herido por nuestras
transgresiones y que por sus llagas fuimos curados” (Is. 53:5). También es amar al hermano como Él nos ama (Jn.
15:12), para no ser culpado del cuerpo y de la sangre del Señor (1 Co. 11:29).
c. Participar dignamente: No se habla de ser perfectos para participar (Lc. 22:31-32), sino de buscar la perfección
en Él (Mt. 26:75); es la oportunidad de juzgarnos a nosotros mismos poniéndonos a cuentas con Dios (1 Co.
11:28), no guiados por el alma, porque ésta tiende a auto justificarse (Lc. 12:19), sino por medio del Espíritu
Santo, el cual nos guía a toda verdad (Jn. 16:13). Participar dignamente es reconocer nuestra condición de
debilidad y pedirle ayuda para evitar ser juzgados por el mundo y no ser acusados por el diablo.
d. No por ritualismo: Cuando no se discierne el cuerpo del Señor, se practica como una ceremonia (1 Co. 11:20-22),
lo cual no se debe hacer porque ha sido advertido específicamente por el Señor a través del Apóstol Pablo.
e. En la comunión del Espíritu Santo: La cena fue preparada en un aposento alto (Lc. 22:12), figura de la búsqueda
de la comunión con Dios (Ex. 24:15-16).
f. Periodicidad, 1 Corintios 11:25b: La Biblia no indica las veces que se debe participar, ni mínimo ni máximo; sin
embargo, indica que se debe hacer constantemente
L
a Cena del Señor es un banquete, es una fiesta de liberación y bendición preparada para el pueblo de Dios; para
ponernos a cuentas y buscar la comunión con Él, por lo que debemos participar solemnemente y a la vez gozosos de
que se nos haya dado la oportunidad de recibir tal bendición por medio del sacrificio del Señor.
La única evidencia de la ‘institución’ de la Cena del Señor está en los evangelios (Mateo 26:26-29, Marcos 14:22-25, Lucas 22:19-20), en Hechos 2:42 y en algunos escritos de Ignacio de Antioquía (siglo I) y Justino Mártir (siglo II) que mencionan la práctica de la ‘Eucaristía’. Justino, en su ‘Apología’, describe cómo los cristianos se reunían el domingo para celebrar la Eucaristía, lo que indica que era una práctica regular. Aunque la frecuencia exacta puede haber variado entre diferentes comunidades y regiones, se sugiere que la celebración de la Cena del Señor era al menos semanal, especialmente en las comunidades más establecidas. En algunas tradiciones, como la de los ‘cristianos’ de Jerusalén, se celebraba diariamente.
Ahora, todo lo anterior desde una percepción cristiana, porque desde una perspectiva hebrea el panorama es distinto. En los evangelios se menciona que Jesús y sus discípulos estaban celebrando una fiesta que en el cristianismo se conoce como Pascua, pero en hebreo es Pesaj. Esta ceremonia se celebra año con año para recordar la liberación del pueblo de Israel de Egipto, pero también es una sombra profética de la venida del Cordero que quitaría el pecado del mundo. En esa celebración (que te animo a investigar y profundizar) hay más simbolismos, simbolismos que Jesús y sus discípulos conocían y que se estaban cumpliendo en esos mismos días de la estancia de Jesús en la tierra.
Con este breve y muy generalizado resumen, quiero concluir que las evidencias que existen respecto a la Cena del Señor y en domingo son meramente desde una perspectiva ‘cristiana’, debido a la separación que siempre ha existido entre el pueblo judío y los gentiles. Es decir, los judíos no querían parecer gentiles (vistiendo y actuando como ellos), ni los gentiles querían parecerse a los judíos por las mismas razones. Entonces, los cristianos, para evitar eso, además de un sesgo antisemita, decidieron hacer sus propias eucaristías como un nuevo pueblo de Dios, creando nuevamente una pared de separación entre judíos y gentiles.
Cabe resaltar que ni Jesús, ni sus apóstoles, ni el apóstol Pablo (1 Cor. 11:23-27) instituyeron ninguna nueva cena; todos estaban hablando y celebrando una cena que ya existía, pero que tenía un significado profético para ese momento y para el futuro. Así que esa es la misma cena que nosotros debemos estar celebrando, año con año, anunciando la muerte del Señor hasta que Él venga. ¡Amén!
EL PRIMER DIA DE LA SEMANA o sea EL DOMINGO. La Biblia dice en Hechos 20:7, “El primer día de la semana, reunidos los discípulos PARA partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” Según Hechos 20:7 los cristianos en la ciudad de Troas se reunían el primer día de la semana (o sea EL DOMINGO) con el propósito específico de “partir el pan” o sea participar en la CENA DEL SEÑOR. Sabemos además, de I Corintios 16:1,2 que los cristianos en Corinto y todas las iglesias en la región de Galacia también se reunían cada primer día de la semana o sea cada domingo y que Dios les ordenó ofrendar en ese día. “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesia de Galacia. CADA PRIMER DIA DE LA SEMANA cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas” (I Corintios 16:1,2). Vamos a tratar el tema de la ofrenda en otro tema, pero lo que estamos buscando ahora es el día de reunión de las iglesias de Dios según el Nuevo Testamento. Según este texto CADA UNO de los miembros de la iglesia en Corinto y de la región conocida como Galacia (no sabemos cuantas congregaciones había en esa región), todos estos cristianos estaban bajo obligación de reunirse CADA PRIMER DIA DE LA SEMANA. Si agregamos a esto el hecho, declarado en I Corintios 11:20, que CUANDO SE REUNIAN los cristianos en Corinto, también comían la cena del Señor. Es obvio, por tanto, que ellos participaban de la cena cada primer día de la semana. ESTOS son los ejemplos bíblicos que tenemos de MIEMBROS DE LA IGLESIA – CRISTIANOS participando en la cena del Señor.
Aunque NO encontramos ningún mandamiento directo de participar de la cena del Señor CADA domingo (ni en ninguna otra fecha), NO PUEDE HABER DUDA que esto es lo que hicieron los cristianos en el primer siglo. Los datos históricos que encontramos en libros de historia sobre la religión cristiana en los primeros siglos reconfirman lo que las Escrituras del Nuevo Testamento nos enseñan: los primeros discípulos participaban de la cena del Señor CADA DOMINGO.