¿Qué es conocer a Dios?
¿Qué es conocer a Dios?
¿Qué es conocer a Dios?
INTRODUCCIÓN
Muchos cristianos están familiarizadas con las
palabras de Jesús en San Juan 17:3, “Y ésta es
la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien
enviaste” (BTX)[1]. Sin embargo,
¿qué envuelve o implica “conocer a Dios”?
¿Qué significa conocer a Dios?
En la Biblia, la palabra “conocer” tiene a menudo un
significado amplio que va más allá del sentido
básico de un conocimiento intelectual de algo o de
alguien. Dentro del concepto bíblico, el conocer a Dios no
tiene ni esencial ni primordialmente raíz en el intelecto
o en la actividad mental. Más bien, se trata de una
relación de vínculo que puede incluir
cualidades tales como cuidado, parentesco, e
intimidad[2]
En la actualidad, el pueblo evangélico ha
confundido este término y lo ha reducido a una serie de
actividades cognitivas, donde el repetir conceptos y memorizar
textos bíblicos, ha sido el aspecto central para conocer a
Dios. Es un grave peligro creer que se puede conocer a Dios de
esta manera, aunque no se puede negar el hecho, que
también mantiene un lugar de importancia indudablemente.
Pero tal conocimiento se obtiene no por una mera actividad
intelectual, sino por la operación del Espíritu
Santo como consecuencia de haber recibido a Cristo.
En este punto, es importante diferenciar lo que es
“saber de Dios” y “conocer a Dios”, que difieren totalmente en su
carácter conceptual. La primera, se refiere “Estar
informado de la existencia, paradero o estado de alguien o de
algo”[3]. La segunda, va mucho más
allá, del aspecto teórico y “…no es saber
algo acerca de Dios, sino conocer profundamente quien
es”[4].
Los puntos a desarrollar en este ensayo, gira en torno a
la pregunta ¿Qué es conocer a Dios? lo cual no
pretende ser un estudio exhaustivo del tema. Más bien
requiere que sea algo sencillo, adecuado y practico. Se ha
dividido el presente estudio en tres partes: la primera, describe
los medios insuficientes de conocer a Dios. La segunda, aclara y
afirma lo que significa conocer a Dios y finalmente, expone los
resultados visibles de este conocimiento. A continuación
se presenta el desarrolla del contenido:
LOS MEDIOS INSUFICIENTES PARA CONOCER A DIOS
A. El conocimiento intelectual no es conocer a
Dios
Este conocimiento es limitado por cuanto la meta final
consiste en exaltar la razón humana. No se puede conocer a
Dios haciendo uso solo de la razón. Se puede tener mucho
conocimiento intelectual de las obras de Dios y de sus caminos, y
sin embargo todavía no conocerlo. Esto se puede ver
constantemente a través de la Biblia, donde el pueblo
hebreo se quejaba y abandonaba al Señor cada vez que
podía, para irse tras de otros dioses. Esta conducta necia
se ha repetido una y otra vez, en los libros proféticos,
históricos y en los libros del pentateuco (Éx. 32;
2 R. 13; 17; 21; Os. 1; 2).
Otros ejemplos que se pueden citar es acerca de la vida
del rey Saúl, quien siendo el ungido de Dios y teniendo un
conocimiento considerable del poder de Señor,
terminó alejándose completamente de su llamado, por
querer agradar más a su pueblo (1 Sam. 15:24). En el Nuevo
Testamento, se puede hacer referencia a la vida de los fariseos,
donde inhibían un comportamiento externo de pura
religiosidad, a pesar de su alto conocimiento de la ley.
“Cuando estéis orando, no seáis como los
hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas para exhibirse ante los hombres. De cierto
os digo que ya están recibiendo toda su recompensa”
(Mat. 6:4). El libro de Marcos registra una de las
profecías del Antiguo Testamento donde Dios dice: “Este
pueblo me honra de labios, pero su corazón está
lejos de mi…” (Mar. 7:7). Está declaración
afirma que el saber de Dios, no es suficiente para
conocerle.
Obtener solo conocimiento intelectual es
contraproducente y dañino a la vida espiritual y pronto
será notorio en una conducta desordenada. Por
ej:
- 1. El orgullo: Es la actitud en la cual
una persona se siente superior sobre otra. Dentro de la
iglesia, esta actitud es evidente en una conducta de
desprecio a la opinión de otros hermanos más
simples. Es propenso y busca tener siempre la razón y
por eso no acepta la corrección. La Palabra dice al
respecto “… el conocimiento envanece, pero el amor
edifica. Si se imagina que sabe algo, aun no sabe nada
cómo debería saber” (1 Cor.
8:1-2). - 2. La hipocresía:
“Hipócrita es aquel que pretende o finge ser lo que no
es. Es una transcripción del vocablo griego
hypokriteis, que significaba actor o protagonista en
el teatro griego. Los actores solían ponerse
diferentes mascaras conforme al papel que
desempeñaban. De ahí que hipócrita
llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras
una «mascara» de apariencias“[5].
Santiago 1:22 dice: “Pero sed hacedores de la palabra, no
tan solo oidores, engañándoos a vosotros
mismos“. Una vida cristiana falsa y superficial es el
resultado de una vida doble e ilegitima, donde se aparenta
algo que realmente no es.
Los predicadores tienen la alta responsabilidad de
llevar a la práctica aquello que van a enseñar, con
el fin de que el mensaje se expuesta con autoridad y verdad. En
el tiempo de Jesús, los judíos y gentiles
podían diferenciar claramente la enseñanza de los
fariseos, los cuales carecían de práctica,
enseñaban pero no hacían,
B. La experiencia emocional no es
conocer a Dios.
Las emociones humanas juegan papeles muy importantes en
la vida. Esto es natural, y a menudo completamente sano, pero
algunas personas se dejan llevar por las emociones y hacen cosas
que no deberían hacer. Las emociones pueden ser confusas,
inciertas, aun peligrosas. La Biblia dice: “Hay camino que al
hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte“
(Prov. 14:12).
- 1. Los sentimientos no son de confianza:
Para muchos creyentes la experiencia emocional es fundamental
para conocer a Dios. Las revelaciones, los sueños,
testimonios y la expresión de
dones[6]son el reflejo deliberado y fuera de
control, de personas que según dicen, sintieron una
profunda emoción que nunca antes habían
sentido. De manera que no pudieron evitar estas expresiones,
las cuales las adjudicaron como obra de Dios.
Al respecto, el profeta Jeremías dice:
“Engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?” (Jer. 17:9). “El que confía en
su propio corazón es necio…” (Prov. 28:26).
Está claro que confiar en los sentimientos pueden llevar a
uno a cometer granes equivocaciones, las cuales alejan al
creyente del verdadero conocimiento de Dios.
- 2. Las emociones deben ser controladas:
El creyente es llamado a controlar sus emociones, bajo la
dirección del Espíritu Santo, de manera que la
Palabra Dios sea la fuente y el medio para conocer la verdad
y no uno mismo. La Escritura afirma esta verdad:
“Conozco, oh Jehová, que el hombre no es
señor de su camino, ni del hombre que camina es el
ordenar sus pasos” (Jer. 10:23).
Las emociones no fueron dadas para revelar a Dios, de
hecho, ellas pueden llevar a toda clase de prácticas
falsas. La búsqueda de información para conocer a
Dios no se encuentra en sí misma, tampoco están en
las emociones, sino que viene de una relación única
con Dios.
LO QUE SIGNIFICA CONOCER A DIOS
El diccionario expositivo VINE define la palabra conocer
de la siguiente manera. “En el NT, ginosko indica
frecuentemente una relación entre la persona que conoce y
el objeto conocido; a este respecto, lo que es conocido es de
valor e importancia para aquel que conoce, y de ahí el
establecimiento de la relación”[7]. Asi
tambien, “Este verbo se usa para expresar el pensamiento de
relación o unión, como entre hombre y mujer (Mt
1.25; Lc 1.34) “[8].
Entonces, en coherencia a estas definiciones se puede
deducir de una manera práctica, que conocer a Dios es:
desarrollar un vínculo personal de
comunión entre el que conoce y el que es
conocido.
A. Es personal
Dentro de cada persona existe un fuerte deseo de ser
conocidos y conocer a otros. Más importante aún, es
que toda la gente desee conocer a su Creador. En la actualidad
los medios de comunicación, anuncian y prometen muchas
formas de satisfacer los deseos de saber más, tener
más y ser más. Sin embargo, las promesas
vacías que vienen del mundo nunca podrán llenar y
satisfacer de manera completa, la sed espiritual que la persona
manifiesta.
Así que “¿cuál es la clave para
conocer verdaderamente a Dios?” Primero, es imperativo entender
que el hombre, por sí mismo, es incapaz de conocer
verdaderamente a Dios, debido al pecado. La Escritura revela que
todos han pecado (Romanos 3:11-20) y que ninguno alcanza el
estándar de santidad requerido para tener comunión
con Dios. También declara que la consecuencia del pecado
es la muerte (Romanos 6:23) y que la humanidad perecerá
eternamente sin Dios, a menos que acepte y reciba la promesa del
sacrificio de Jesús en la cruz. Así que, a fin de
conocer realmente a Dios, primero se debe recibir a Cristo de
manera personal (Juan 1:12)[9]. Nada es
más importante que entender esta verdad cuando se trata de
conocer a Dios. Jesús deja en claro que solo Él es
el camino al cielo y al conocimiento personal de Dios (Juan
14:6). Una vez hecha esta decisión, la jornada de conocer
a Dios de manera personal inicia el largo recorrido.
B. Es de comunión
Ahora que se ha tomado la decisión de seguir a
Cristo y recibirlo ¿Qué más se necesita para
empezar una relación verdadera con Dios y conocerlo mejor?
¿Esperar una señal del cielo? ¿Dedicarse
continuamente a hacer buenas obras? ¿Intentar ser mejor
persona? Nada de esto. Dios ha dejado muy claro en la Biblia, que
el nuevo creyente debe dedicar un tiempo especial de
comunión para estar a solas con su Señor, de manera
que se convierta en un hábito de todos los
días. Pero, ¿qué hacer en este
tiempo?
- 1. Tiempo para orar: Jesús se
encargó de explicar a sus discípulos la
necesidad de orar siempre, no es una opción o una
alternativa, sino una necesidad vital. Pero no solamente
Jesús enseño lo importante que era pasar tiempo
con Dios a solas, sino que él mismo tuvo momentos
a solas con el Padre (Marcos 1:35), vemos que
Él siempre oraba. Fue su práctica habitual, muy
temprano en la mañana cuando todavía estaba
oscuro, iba lugares tranquilos para orar. Muchas veces pasaba
toda la noche en oración.
¿Por qué es tan importante orar? Porque
ese es el medio por el cual podemos llegar a conocerle mejor.
Así como Él apartaba un tiempo especial para estar
con su Padre, así también el creyente debe dedicar
un tiempo para hablar con Dios.
- 2. Tiempo para leer la Biblia: La Biblia
es esencialmente una carta de amor escrita de un Dios amoroso
para sus hijos, con el propósito de conocer
íntimamente al Creador y Señor de todo el
universo. Pablo le escribe a Timoteo: “Pero persiste
tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo
de quién has aprendido; y que desde la niñez
has sabido las Sagradas Escrituras…” (2 Tim.
3:14). En este pasaje el verbo persiste puede ser
traducido como: “Permanecer, durar,
continuar, perdurar”[10] en
la doctrina que se le había enseñado a
Timoteo.
De esta manera, el apóstol anima a su hijo en la
fe a continuar adelante en el estudio de la Palabra, en la cual
había sido instruido desde niño y que esa noble
labor debía continuar a través de toda su vida, “a
fin de que el hombre de Dios este completamente
calificado…” (BTX 2 Tim. 3:17).