La santificacion 2
La santificacion 2
B. El significado de las palabras que se relacionan con la santificación
1. «Santificar», en sus varias formas, es usada 106 veces en el Antiguo Testamento y 31 veces en el Nuevo Testamento y significa «poner aparte», o el estado de separación. Tiene que ver con posición y relación. La base de la clasificación es que la persona o cosa ha sido puesta aparte, o separada de los demás en posición y relación delante de Dios, de lo que no es santo. Este es el significado general de la palabra.
2. «Santo», en sus varias formas, es usado alrededor de 400 veces en el Antiguo Testamento y 12 veces en el Nuevo Testamento, con relación a los creyentes y dando a entender el estado de separación o ser puesto aparte, o ser separado de aquello que no es santo. Cristo fue «santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores». Por consiguiente, Él estaba santificado. Pero hay también algunas cosas que las palabras «santo» y «santificar», en su uso bíblico, no implican.
a) No implican necesariamente la impecabilidad, pues leemos de «gente santa», «sacerdotes santos», «profetas santos», «apóstoles santos», «hombres santos», «mujeres santas», «hermanos santos», «monte santo» y «templo santo». Ninguno de ellos estaba sin pecado delante de Dios. Eran santos de acuerdo a alguna norma que constituya la base de su separación de otros. Aun los cristianos de Corinto, quienes estaban cometiendo una gran falta, fueron llamados santos. Muchas cosas inanimadas fueron santificadas, y éstas no podían estar relacionadas con el problema del pecado.
b) La palabra «santo» no implica necesariamente finalidad. Todas las personas que mencionamos en el punto anterior fueron llamadas repetidamente a unos niveles más altos de santidad. Ellas fueron apartadas una y otra vez. Las personas o cosas llegaban a ser santas cuando eran apartadas para un propósito santo. Así fueron ellas santificadas.
3. «Santo» se usa con relación a Israel cerca de cincuenta veces y con relación a los creyentes alrededor de sesenta y dos veces; se aplica solo a personas y tiene que ver con su posición ante Dios. En este caso, la palabra no se asocia con la clase de vida de los creyentes. Ellos son santos porque han sido particularmente separados en el plan y propósito de Dios. Son santos porque han sido santificados.
En varias epístolas los creyentes son identificados como aquellos que son «llamados a ser santos». Esto es muy engañoso; las palabras «llamados a ser» deberían omitirse. Los cristianos son santos mediante el llamado de Dios. Los pasajes antes citados no están anticipando un tiempo cuando los hijos de Dios llegarán a ser santos. Ellos ya están santificados, apartados y, por consiguiente, ya son santos.
Ro. 1:7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
La santidad no es algo progresivo. Cada persona nacida de nuevo es tan santa en el instante de su salvación como lo será en el tiempo futuro y en la eternidad. La iglesia, la cual es el cuerpo de Cristo ha sido llamada a apartarse, a formar un pueblo separado; ellos son los santos de esta dispensación. De acuerdo al uso de estas palabras, todos ellos están santificados. Todos ellos son santos. Debido a que ignoran la posición que tienen en Cristo, muchos cristianos no creen que ellos sean santos. Entre los títulos que el Espíritu da a los hijos de Dios, solo hay uno que se usa más que el de santos. Los creyentes son llamados «hermanos» 184 veces, «santos» 62 veces y «cristianos» solamente 3 veces.