DEVOCIONAL 21 DE JUNIO
DEVOCIONAL 21 DE JUNIO
JUNIO 21
FRACASO
Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová.
JOSUÉ 7:6
Habiendo derrotado poco tiempo atrás a la gran ciudad de Jericó, los israelitas se preparaban para tomar Hai, una ciudad pequeña que parecía fácil de conquistar.
No obstante, los guerreros israelitas habían desobedecido a Dios y tenían más confianza de la debida en sus propias capacidades. Así que el Señor captó su atención permitiéndoles que fracasaran en su esfuerzo militar contra Hai. Fue un golpe terrible, pero les recordó su dependencia de Dios.
Por supuesto, hay una vasta diferencia entre fallar y ser un fracaso. Una persona se convierte en un fracaso solo si deja de esforzarse. Sin embargo, no tener éxito en un incidente puede en realidad demostrar ser el mejor peldaño para el éxito en su vida si usted dirige su atención a Dios, tal como Josué lo hizo después de la derrota en Hai.
El fracaso de hoy puede en realidad servir para hacerle exitoso mañana si está dispuesto a reconocer sus errores y aprender del Padre celestial. Por eso, dé gracias a Dios por llamarle la atención, perdonarle y enseñarle a responder apropiadamente. Tenga seguridad de que al hacer esto, allana el camino para victorias futuras.
Padre, gracias por impedir que mi orgullo se interponga en tus propósitos. Ayúdame a honrarte en todo. Amén.
En su presencia… aprenda de sus
errores.
CADA DÍA EN SU PRESENCIA – Charles F. Stanley
3 Respuesta
El pecado trae consecuencias graves y lamentables para el pueblo de Dios.
El creyente ha sido llamado a una vida de victoria en Cristo (2Co. 2:14). Por tanto, la victoria y el triunfo son siempre en Cristo, pero nunca en el poder del hombre. El pecado oculto en la congregación se manifestará en derrota, como se verá más adelante. La alegría de la vida victoriosa, puede convertirse en el lamento de la derrota, cuando la congregación se aparta del Señor. Sin embargo, la situación de dolor producida por el Espíritu es beneficiosa porque conduce al arrepentimiento y al retorno a la relación correcta con Dios, desde donde se puede volver a disfrutar de Sus bendiciones (2Co. 7:10). Dios permite, en ocasiones, dificultades y derrotas para que en la situación de fracaso el creyente vuelva a Él. Esa fue la experiencia del pródigo en la provincia apartada. Solo cuando sintió realmente su miseria, fue cuando tomó la decisión de retornar a la casa de su padre para ser restaurado y recibido a misericordia (Lc. 15:17 ss).
Comentario al libro de Josué – Samuel Pérez Millos