La declaración de Jesús sobre el Padre buscando verdaderos adoradores se encuentra en el contexto de Su conversación con la mujer samaritana en Juan 4:23-24:

“Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a tales adoradores el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.”

Implicaciones de la Declaración de Jesús

1. Adoración en Espíritu y en Verdad:
   • Espíritu: Adorar en espíritu implica una adoración que va más allá de los rituales externos y que proviene del corazón, del ser interior, inspirado y guiado por el Espíritu Santo. Es una adoración que involucra todo el ser, en una conexión genuina y profunda con Dios.
   • Verdad: Adorar en verdad significa hacerlo conforme a la verdad revelada de Dios, que se encuentra en las Escrituras y en la persona de Jesucristo. Implica honestidad, autenticidad y alinearse con la verdad del evangelio.
2. Universalidad de la Adoración:
   • No Limitada por Lugar o Forma: Jesús revela que la adoración verdadera no está confinada a un lugar específico (como el templo de Jerusalén o el monte Gerizim) ni a formas rituales específicas. Es universal y puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento.
3. Relación Personal con Dios:
   • Intimidad y Relación: La adoración verdadera es una expresión de una relación personal e íntima con Dios, donde el adorador se encuentra en comunión constante con el Padre.

Alcance para la Iglesia Contemporánea

1. Centrarse en la Esencia de la Adoración:
   • Más Allá de la Música: Si bien la música es una forma poderosa y válida de adoración, la enseñanza de Jesús invita a la iglesia contemporánea a recordar que la adoración verdadera va más allá de los tiempos de música. Involucra toda la vida del creyente, incluyendo la oración, la meditación en la Palabra, la obediencia, y las acciones diarias.
   • Variedad de Expresiones: La iglesia puede enriquecer su liturgia incorporando diversas formas de adoración que reflejen la adoración en espíritu y en verdad, tales como el servicio a los demás, el estudio bíblico, la intercesión, y el silencio contemplativo.
2. Autenticidad y Profundidad:
   • Corazón del Adorador: Fomentar una adoración que provenga del corazón, buscando que los congregantes no solo participen externamente, sino que también se conecten internamente con Dios.
   • Transformación Personal: La verdadera adoración resulta en una transformación del carácter y en una vida que refleja los valores del Reino de Dios. La iglesia debe animar a sus miembros a vivir una vida de adoración constante, que impacte su comportamiento y decisiones diarias.
3. Discernimiento y Sinceridad:
   • Motivaciones Correctas: Evaluar las motivaciones detrás de las prácticas de adoración y asegurarse de que están alineadas con el deseo de honrar y glorificar a Dios, en lugar de centrarse en el entretenimiento o el cumplimiento de rituales vacíos.
   • Enseñanza y Formación: Proveer enseñanza sólida sobre lo que significa adorar en espíritu y en verdad, ayudando a los congregantes a crecer en su comprensión y práctica de la adoración.
4. Comunidad y Unidad:
   • Adoración Corporativa: Fomentar la adoración comunitaria que une a la congregación en un propósito común de glorificar a Dios, reflejando la unidad del Cuerpo de Cristo.
   • Diversidad Cultural: Celebrar y respetar las diversas expresiones culturales de adoración dentro de la iglesia, reconociendo que la verdadera adoración puede manifestarse de múltiples maneras en diferentes contextos (en mi iglesia se reúnen, colombianos, cubanos, venezolanos, españoles, africanos y se ve muy clara marcada la cultura propia de su país incluso cuando están alabando a Dios).

Conclusión
La declaración de Jesús sobre los verdaderos adoradores que el Padre busca tiene profundas implicaciones para la iglesia contemporánea. Invita a una adoración que es profunda, auténtica, y transformadora, abarcando toda la vida del creyente y no limitándose a tiempos específicos de música o rituales. Implica una relación íntima y constante con Dios, fundamentada en el Espíritu y la verdad revelada en Jesucristo. La iglesia está llamada a enseñar, fomentar y vivir esta realidad, recordando siempre que la adoración verdadera es una respuesta de todo el ser a la grandeza y santidad de Dios.

Juan 4:23 – 24 Nos enseña que existen verdaderos adoradores; y si es que hay verdaderos es porque hay falsos o adoradores a los que les falta algo para ser verdaderos. Adorar en el Antiguo testamento está representado por la palabra hebrea Shakjá que significa: ‘Postrarse, humillarse’. En el Nuevo Testamento la palabra utilizada viene del griego Proskunéo que significa: ‘Hacer reverencia, dar obediencia, es un acto de devoción, como el perro lame la mano de su dueño’.
El Padre busca adoradores para hacer el bien, la adoración no sólo es alabanza, es el derramamiento del corazón, es una acción de gracia, son actos reverentes ejecutados para Dios.
7 Principios en la Verdadera Adoración:
1.-Adorar es reconocer, no sólo cantar. Podemos cantar pero no reconocer a Dios en nuestras acciones.
Cuando alguien no quiere oír la voz de Dios queda entregada a la dureza de su corazón. Es esa dureza la que Satanás quiere despertar en el cristiano; no quiere impedir que cante o ejecute un instrumento sino que deje de adorar en consecuencia con sus pensamientos y corazón; adorar en la verdad.
Cuando un corazón es endurecido se puede adorar desde el Anticristo: Apocalipsis 13:15 – 18, pasando por adorar a los demonios: Apocalipsis 9: 20 – 21, y por último a las criaturas: Romanos 1:25. El mundo querrá hacer que dudes en adorar al SEÑOR, y usará tus circunstancias para esto, pero no te rindas, sólo Él es Digno de ser alaba- do.
2.- Adorar es reconocer que todo ocurre por el propósito de Dios
Job, un hombre íntegro no pecó ni atribuyó a Dios despropósito alguno a pesar de todas las calamidades que tuvo que vivir. En medio de su gran dolor no dejó de ADORAR, ni atribuyó a Dios su gran aflicción sino que “se postró en tierra y adoró” (Job 1:20 – 22).
No olvides que Dios hace la llaga y Él mismo la sana; acaso ¿sólo recibiremos lo bueno y no lo malo de parte de Él? Adorar en verdad es no quejarse y aceptar su perfecto plan sobre nosotros.
3.- Adorar es caminar en obediencia a Dios
Génesis 22:4- 5 Nos recuerda a Abraham y el acto de adoración en obediencia junto a su hijo Isaac. Obediencia en griego viene de la palabra hupakoe que significa: Oír con sumisión, obedecer a un mandamiento. Cuando Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo, éste oye con sumisión, con total reverencia; por eso es que alcanza la fe de poder llegar a tan alta adoración.
4.- Adoramos cuando Dios responde y cumplimos nuestros votos.
En 1 Samuel 1:26 -28 Tenemos la historia de Ana y la promesa de entregar a su hijo Samuel. Esta mujer es un ejemplo de la actitud que hay que tener cuando vemos realidad una promesa hecha por Dios. El Señor respondió y superó las expectativas de Ana, al ver esto, ella cumple su voto y consagra a Samuel para vivir en el Altar. Deuteronomio 23:21- 23 Nos dice que debemos cumplir los pactos que hacemos a Dios, esto es parte de adorarle.
5.- Adoramos a Dios cuando en su nombre somos justos, misericordiosos y humildes
Miqueas 6: 6-8 “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios altísimo?”
Haciendo justicia, siendo misericordiosos y humildes; este es el carácter de un adorador verdadero.
6.-Adorar es aceptar la voluntad de Dios
En 2Samuel 12:19 – 20 vemos que David tuvo que aceptar la voluntad de Dios a pesar de que clamó por su hijo (producto de su adulterio). Aprendió con lágrimas que Dios hace como quiere, tuvo que aceptar la muerte del niño. David lo aceptó, se postró y adoró; ello trajo el perdón de Dios a su vida.
7.-La adoración prepara nuestro corazón para oír su palabra
Hechos 16:14- 15 Nos muestra que un adorador siempre tendrá hambre de escuchar la palabra del SEÑOR, cuando Lidia estaba escuchando la palabra, Dios abrió su corazón; “Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía”. Escuchar con el corazón correcto atrae al Espíritu Santo para recibir una palabra que cambiará tu vida. Es tiempo de abrir el corazón al Espíritu Santo, sin condiciones, renunciar a lo que nos aparta de Él.
<<La verdadera adoración es una vida sometida al señorío de CRISTO, rendida ante su voluntad, es un corazón que consciente que si no bebe del agua de vida morirá, desfallecerá>>

creo que confundimos el término . Quién ha dicho que adorar es sinónimo de Música.. ¿por qué creemos que cantar alabanzas es Adorar?? Veamos:

La adoración bíblica se refiere al acto de rendir homenaje, reverencia y devoción a Dios, tal como se describe y prescribe en la Biblia. Este concepto abarca una variedad de prácticas y actitudes que los creyentes deben adoptar para honrar a Dios de acuerdo con sus enseñanzas.

Algunos aspectos clave de la adoración bíblica incluyen:

Actitud del Corazón: La adoración genuina proviene de un corazón sincero y humilde que reconoce la grandeza y la santidad de Dios (Juan 4:24).

Obediencia a la Palabra de Dios: La verdadera adoración implica vivir de acuerdo con los mandamientos y principios bíblicos (1 Samuel 15:22).

Oración y Alabanza: Expresar adoración a través de la oración y el canto, dando gracias y exaltando el nombre de Dios (Salmos 100:2-4).

Comunión con Dios: Mantener una relación personal e íntima con Dios mediante la lectura de la Biblia, la meditación y la oración (Salmos 119:105).

Servicio y Obras: Demostrar adoración a través de actos de servicio, justicia y amor hacia los demás, reflejando el carácter de Dios (Mateo 25:40, Santiago 1:27).

Congregarse: Adorar a Dios en comunidad con otros creyentes, participando en cultos, estudios bíblicos y comunión (Hebreos 10:25)

Cómo podemos ver la Adoración no se limita solamente a la Música.

Rom 12:1 BTX4 Así que os exhorto, hermanos, por las misericordias de DIOS, a presentar vuestros cuerpos como un sacrificio que está viviendo santa y agradablemente ante DIOS; esta es vuestra adoración verdadera.

Jesús reveló que el Padre busca verdaderos adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24). Esto implica una adoración genuina y sincera, más allá de rituales o formas externas. Para la Iglesia contemporánea, centrarse en la música debe ir acompañado de una vida transformada y una relación auténtica con Dios. La adoración en espíritu y en verdad trasciende el estilo musical o la liturgia, enfocándose en la actitud del corazón y la verdad del Evangelio. La música es un medio poderoso, pero la verdadera adoración requiere compromiso personal y una vida consagrada a Dios en todas sus áreas.