DEVOCIONAL 23 DE AGOSTO
DEVOCIONAL 23 DE AGOSTO
- 23 de Agosto
Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y los soldados se lo llevaron [a Jesús].
Jua 19:16
De la pluma de Charles Spurgeon:
Jesús estuvo agonizando durante toda la noche. Por la mañana temprano estuvo en la casa de Caifás, de allí lo llevaron ante Pilato, de Pilato a Herodes, de Herodes de nuevo a Pilato. No le permitieron comer, beber ni descansar, así que a esas alturas le quedaban muy pocas fuerzas. Sus enemigos estaban sedientos de sangre, por eso lo condujeron a la muerte obligándolo a cargar su propia cruz. ¡Qué procesión tan penosa! No nos sorprende que las «hijas de Jerusalén» (Luc 23:28) lloraran por él. Amado hermano, ¿lloras tú también por él?
¿Qué aprendemos de esta escena de nuestro bendito Señor cuando es conducido a su muerte? ¿Reconocemos la verdad prefigurada por «los dos machos cabríos» (Lev 16:8)? ¿Acaso el sumo sacerdote no «le impondrá las manos sobre la cabeza. Confesará entonces todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera que hayan sido sus pecados. Así el macho cabrío cargará con ellos» (Lev 16:21) quitando así el pecado del pueblo? ¿No era luego el macho cabrío «enviado al desierto por medio de un hombre designado para esto» (v. 21), llevándose el pecado del pueblo de manera que si lo buscaban no lo podían hallar?
Del mismo modo vemos que ahora llevan a Jesús ante los sacerdotes y los gobernantes que lo declaran culpable. Dios mismo le imputa nuestros pecados, le carga a su cuenta nuestros errores, porque «el SEÑOR hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros» (Isa 53:6). «Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes» (2Co 5:21, TLA), fue un sustituto por nuestra culpa. Sobre sus hombros cargó con nuestros pecados, representados por su cruz, y son unos oficiales de justicia designados los que llevan preso al gran Macho cabrío expiatorio.
Amado hermano, ¿tienes la certeza de que él ha llevado tu pecado? Cuando ves la cruz sobre sus hombros, ¿ves tus pecados representados en esta? Hay una manera de estar seguros de que él cargó con tu pecado. Si has puesto tu mano sobre su cabeza, y confesado tu pecado, si has confiado en él, entonces tu pecado ya no habita en ti sino que se transfirió a Cristo por la bendita imputación. Y él lleva tu pecado sobre sus hombros como un peso mucho mayor que el de la cruz.
No permitas que esta imagen se aparte de tu mente hasta que te hayas regocijado en tu propia liberación y hayas alabado al divino Redentor sobre quien fueron depositadas todas tus iniquidades.
De la pluma de Jim Reimann:
Una antigua prisión tallada en la roca del monte Sión es probablemente el sitio donde estaba la casa de Caifás, el sumo sacerdote, ya que fue allí donde descubrieron su sarcófago o féretro de piedra. El lugar cuenta con celdas para prisioneros, un sitio para crueles azotes y un pozo profundo donde ponían a los reos por la noche. Es muy probable que descendieran a Jesús por este pozo helado y absolutamente oscuro y lo dejaran allí toda la noche, completamente solo. Es un asombroso cumplimiento del siguiente salmo profético:
Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un guerrero desvalido … Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Estoy aprisionado y no puedo librarme … ¿Por qué me rechazas, SEÑOR? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? … Me has quitado amigos y seres queridos; ahora solo tengo amistad con las tinieblas.
DEVOCIONALES DE CHARLES SPURGEON
VUELVAN A MÍ – JIM REIMANN