La resurrección
La resurrección
Es cierto que Jesús Resucitó sábado?
Ya que el inicio del día para los Judíos es a las 6 de la tarde, entonces cuando fueron a ver la tumba después del Shabat a inicio del Domingo sería sabado a las seis de la tarde, ya que el sábado se inició el viernes a las seis de la tarde. Y si es así la tradición nos engañó? Y cambio algunas palabras para adecuar la biblia a nuestras costumbres?
3 Respuesta
Saludos querido hermano.
Personalmente creo que los relatos de los evangelios son bastantes claros respecto a esa inquietud, ahora bien sobre lo que si genera una discrepancia es sobre lo dicho de Jesús sobre su muerte. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Si contamos los días y noches vemos que no se cumplen de acuerdo a nuestra forma de contar los días. De acuerdo a ese relato buscaré la forma de explicar esa discrepancia y su inquietud.
La pregunta sobre si Jesús resucitó el sábado o el domingo teniendo en cuenta el calendario judío, donde los días comienzan al atardecer. Según esta perspectiva, el “primer día de la semana” (domingo) comienza el sábado al atardecer. Esto podría llevar a la conclusión de que Jesús resucitó el sábado por la tarde, después del Shabat, en el inicio del domingo según el calendario judío. Sin embargo, los relatos de los Evangelios proporcionan detalles específicos sobre el momento en que las mujeres encontraron la tumba vacía, que parecen indicar que la resurrección fue descubierta temprano en la mañana del domingo.
Mateo 28:1 dice: “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.” Este versículo indica que las mujeres fueron al sepulcro al amanecer del domingo, después de que terminó el Shabat (sábado al atardecer).
Marcos 16:1-2 menciona: “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.” Esto sugiere que las mujeres fueron al sepulcro muy temprano en la mañana del domingo, después de que terminó el Shabat. El hecho de que “ya salido el sol” sugiere que era temprano en la mañana, no al atardecer del sábado.
Lucas 24:1 confirma que la visita ocurrió “muy de mañana” el primer día de la semana: “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.” Esto también indica que la visita fue temprano en la mañana del domingo.
Juan 20:1 agrega: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.” Aquí, María Magdalena fue al sepulcro “siendo aún oscuro,” lo que sugiere que fue muy temprano en la mañana del domingo, antes de que amaneciera completamente.
En la cultura judía del primer siglo, cualquier parte de un día podía contarse como un día completo. Esto se conoce como “inclusión temporal.” Por ejemplo, en Ester 4:16 y 5:1, Ester pidió que los judíos de Susa ayunaran por ella “tres días, noche y día,” y luego fue a ver al rey “al tercer día.” Esto muestra que el tercer día se incluye en el cómputo. Asimismo, en 1 Samuel 30:12-13, un hombre egipcio dijo que había estado sin comida ni agua durante “tres días y tres noches,” pero en el versículo siguiente se indica que fue encontrado “hace tres días.”
Aplicando esto a la muerte y resurrección de Jesús, podemos entender que:
1. Jesús murió y fue sepultado antes del atardecer del viernes, por lo que el viernes cuenta como el primer día.
2. Jesús estuvo en la tumba durante la noche del viernes.
3. Jesús estuvo en la tumba durante el día del sábado, que cuenta como el segundo día.
4. Jesús estuvo en la tumba durante la noche del sábado.
5. Jesús resucitó temprano en la mañana del domingo, antes del amanecer, lo que cuenta como el tercer día.
Según la forma judía de contar el tiempo, la declaración de Jesús de “tres días y tres noches” se cumple de la siguiente manera: Día 1: Parte del viernes (día) y viernes noche. Día 2: Sábado (día) y sábado noche. Día 3: Parte del domingo (día). La inclusión temporal permite que cualquier parte de un día se cuente como un día completo. Por lo tanto, aunque Jesús no estuvo tres días y tres noches completas en la tumba, según el cómputo judío, su tiempo en la tumba se interpreta correctamente como tres días y tres noches.
Este método de contar los días resuelve la aparente discrepancia y es coherente con la práctica y entendimiento de la época en que vivió Jesús. Los relatos evangélicos indican claramente que la tumba fue encontrada vacía temprano en la mañana del domingo, lo que confirma la resurrección en ese momento según el calendario judío. Los evangelios son consistentes en señalar que la resurrección fue descubierta en la mañana del domingo, y la tradición cristiana celebra la resurrección de Jesús el domingo por la mañana, lo cual se alinea con los relatos bíblicos.
Espero haber aclarado su duda.
shalom
La resurrección de los muertos es un evento que se divide en dos: la primera resurrección, que a su vez
se subdivide en seis turnos y la segunda resurrección (Ap. 20:5-6). En el Antiguo Testamento
encontramos a un grupo de personas que fueron reincorporadas a la vida, las cuales no participaron
exactamente de una resurrección porque su cuerpo no fue transformado, en ocasiones esto genera
algún tipo de confusión, sin embargo, recordemos que, si las mismas hubieran sido resurrecciones,
nuestro Señor no habría sido las primicias en todo (1 Co. 15:20).
Por eso nosotros los que aún estamos vivos anhelamos no ver muerte y ser arrebatados, pero
debemos comprender también que si en algún momento dormimos (muerte física) la resurrección
es la esperanza de todo cristiano. La Biblia nos muestra, que la resurrección entre los muertos es un
rudimento o enseñanza elemental que debemos conocer para no ser desviados de la verdad (Heb.
6:1-2; 2 Ti. 2:17-18), en este tema abordaremos los siete diferentes turnos de resurrección.
DESARROLLO: La Biblia deja ver que hubo personas que murieron y volvieron a la vida, pero no con
un cuerpo inco rruptible e inmortal y pasado el tiempo volvieron a morir, como Lázaro (Jn. 12:17).
Al analizar el pasaje que describe la “resurrección” de Lázaro, notamos que la palabra “resucitó” es
EGÉIRO (Strong G1453) que es un tipo de levantamiento y difiere de la palabra que se utiliza para
describir el evento de resurrección con un cuerpo transformado que es ANASTASIS (Strong G386).
El Señor Jesucristo deja ver que aun en los sepulcros oirán su voz, aquí está hablando de la
resurrección de vida y resurrección de Juicio; para los creyentes la resurrección de vida se dará en seis
turnos y para la resurrección de juicio se dará un solo turno en el cual se juzgará para condenación
eterna a todos aquellos que no están inscritos en el Libro de la Vida; en este último turno entran tanto
vivos como muertos de todas las generaciones (Jn. 5:28-29; Dn. 12:2-3).
La palabra que describe correctamente el evento resurrección es: ANASTASIS (Strong G386) la cual
implica que los creyentes que participan de la misma vuelven a la vida con un cuerpo incorruptible,
espiritual, sin relación con el pecado de la misma forma que nuestro Señor Jesucristo (1 Co. 15:42-44).
Se debe dejar claro que todo aquel que participa de este evento puede resucitar en cualquiera de los
turnos que describiremos más adelante, dependiendo, como se dijo anteriormente, de la estatura y
madurez espiritual que alcanzó el creyente estando en vida.
Nuestro proceso en la vida cristiana es ser vivificados en el espíritu (1 Co. 15:22), restaurados en el alma
(Sal. 19:7), recordando que el alma no es preexistencial, esta se forma o nace en el choque del
espíritu con el cuerpo y al final tenemos la esperanza que nuestro cuerpo sea transformado en la
adopción como hijos de Dios (Ro. 8:23). Por ello la Biblia nos enseña que todo nuestro ser debe
ser hallado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1 Ts. 5:23).
En la Biblia vemos diferentes rangos y un debido orden: Cristo, las primicias, y luego los que son de
Cristo en su venida ( 1 Co. 15:23). Dios no hace acepción sino elección de personas.
a. PRIMERA RESURRECCIÓN (Ap. 20:6): Los que participan en la primera resurrección, la muerte
segunda no tiene poder sobre ellos. La muerte segunda la define la Biblia como el lago de fuego
(Ap. 20:14), la muerte primera se da en el cuerpo físico y de allí se puede resucitar sin embargo de
la muerte segunda no, porque es un lugar definitivo; solamente el Señor Jesucristo salió de ese
lugar pues no se encontró en Él ningún indicio de corrupción o pecado, aunque el Padre lo hizo
pecado por nosotros (2 Co. 5:21), recordando que Él Señor participó de la muerte segunda en el
Holocausto Perfecto de Cristo, para que los que creemos en Él no participemos de ella.
Debemos recordar que la Biblia nos enseña que las personas mueren una vez y luego son juzgados
(Heb. 9:27), en el caso de un creyente, éste duerme y luego será juzgado para determinar su
posición eterna y obtener galardones, si tuviere derecho a ellos, caso contrario, los no creyentes
morirán dos veces (muerte física y muerte segunda o eterna) porque participarán del lago de
fuego. La primera resurrección cuenta con seis turnos que vamos a estudiar a continuación:
b. PRIMER TURNO – CRISTO (1 Co. 15:20): En este verso leemos que Cristo es primicia de los que
durmieron, es decir que Él fue el primero en resucitar (ANASTASIS), y después fue introducido
nuevamente a la tierra con un cuerpo espiritual. La Biblia nos enseña que el Señor entregó su
vida y encomendó su espíritu al Padre (Jn. 10:18; Lc. 23:46). Notemos que luego de expirar en la
cruz, al ser puesto en la tumba, retoma su vida, tal como lo había anunciado a sus discípulos (Jn.
10:18) participando en ese momento de un egeiro (levantamiento o reincorporar a la vida), para
descender vivo a las profundidades de la tierra donde experimentó el holocausto ( quemado hasta
las cenizas), de donde fue resucitado (ANASTASIS) por el Espíritu Santo (Ro. 8:11).
Después de la resurrección del Señor, se abre el camino para que muchos otros puedan
participar de una verdadera resurrección con cuerpo espiritual, pues todo aquel que fue
“resucitado” antes de Él, sólo participó de un “EGEIRO” o reincorporación a la vida para luego
dormir (muerte física).
c. SEGUNDO TURNO – Los santos del Antiguo Testamento (Mt 27:52-53): Estos son aquellos santos
que habían dormido y resucitaron después de la resurrección de Jesús. Ellos murieron
esperando la promesa de la resurrección de entre los muertos que el Señor abriría para todos
los que esperaron en Él, murieron a sus pasiones, agradando al Señor. En estos pasajes describe
que entraron a la Santa Ciudad, es decir Jerusalén, y allí dice que entraron a la Jerusalén terrenal,
pero también la Biblia Jerusalén indica que entran a la Jerusalén de arriba y posiblemente ambas
versiones son aceptadas, puesto que aquellos que resucitaron primero entraron a presentarse a
muchos en la Jerusalén terrenal para luego ser llevados e ingresaron en la Jerusalén celeste, la de
arriba.
d. TERCER TURNO – Los más que vencedores transformados (LBLA/FTA 1 Co. 15:51): Esto es un
misterio, no todos dormiremos, pero todos seremos transformados. La Biblia Torres Amat, deja
ver que no todos seremos cambiados en hombres celestiales, es decir que aquellos que no dan
la estatura de más que vencedores (ministros primicias) o la estatura de virgen pura, sin mancha y
sin arruga para las Bodas del Cordero, no serán transformados en cuerpos celestes. En estos pasajes
se está hablando de la Novia (Cnt. 3:6-8), compuesta por los muertos en Cristo y los vivientes que
serán arrebatados (1 Ts. 4:16-17), pero también de aquellos ministros que consagraron su vida al
Señor y alcanzaron la talla de más que vencedores.
Debemos tener claro que los muertos en Cristo no son todos los creyentes sino un grupo
específico que permitió que su “yo” muriera para que el Señor gobernara y ocupara todas las
áreas de su vida, sin embargo, fueron llevados al sepulcro a “dormir” para luego resucitar con un
cuerpo espiritual, los demás creyentes que no tienen esta estatura no resucitarán en este turno
sino en el turno que les corresponde.
e. CUARTO TURNO – Los dos testigos, (Ap. 11:9/12): Estos predicarán tres años y medio, desde el inicio
de la tribulación a la mitad de la tribulación, pero la Bestia los matará dejando sus cuerpos a
vista de todos en la plaza y toda la humanidad contemplará sus cadáveres por tres días y medio, no
permitirán que sus cuerpos sean sepultados. Pero luego, escucharán una voz del cielo diciendo:
subid acá, siendo resucitados y arrebatados a la mitad de la tribulación. En la parábola de las
diez vírgenes las prudentes salen a recibir al esposo a la media noche, esto simboliza la mitad del
período tribulacionario (Mt. 25:6,10). Estas vírgenes prudentes van a poder asistir al banquete
de bodas, pero solo como invitadas, ya no como Novia, pero antes de irse dieron una talla de
consagración. Las imprudentes no dieron la talla en los primeros tres años y medio de la
Tribulación y tendrán que quedarse a la Gran Tribulación y son las que tienen que dar su vida por
causa del testimonio de Jesús. Estas son las que resucitarán en el quinto turno de resurrección.
f. QUINTO TURNO – Los que no adoraron a la Bestia (Ap. 20:4; 7:14): Estos son resucitados, aquellos
que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y que no
habían adorado a la bestia ni su imagen, ni recibieron la marca sobre su frente. Ellos volvieron a la
vida y reinaron con Cristo por mil años. Esto es al final de la Gran Tribulación y al inicio del milenio.
g. SEXTO TURNO – Al final del milenio (Ap. 20:5,12): Este turno es conocido como el Rebusco, y la
Palabra indica que los demás muertos no volvieron a la vida, sino hasta después del milenio. Esto es
el sexto turno y allí termina la primera resurrección, de la Resurrección de Vida.
h. SEGUNDA RESURRECCIÓN (Ap. 20:6): Los que participan en la primera resurrección, la muerte
segunda no tiene poder sobre ellos. La muerte segunda la define la Biblia como el lago de fuego
(Ap. 20:14), la muerte primera se da en el cuerpo físico y de allí se puede resucitar sin embargo
de la muerte segunda no, porque es un lugar definitivo; solamente el Señor Jesucristo salió de ese lugar pues no se encontró en Él ningún indicio de corrupción o pecado, aunque el Padre lo hizo
pecado por nosotros (2 Co. 5:21), recordando que Él Señor participó de la muerte segunda en el
Holocausto Perfecto de Cristo, para que los que creemos en Él no participemos de ella.
Pero esta Segunda Resurrección al ser de Juicio, deja ver, que el mar entregó sus muertos, y
aquellos que no se encontraban inscritos en el libro de la vida fueron arrojados al lago de fuego.
Estos participarán de la muerte segunda juntamente con La bestia, el falso profeta, la muerte y el
hades, pues todos ellos serán arrojados al Lago de Fuego.
La Biblia describe otro grupo de personas que participarán en la muerte segunda (RV60 Ap. 21:8),
estas personas son aquellos que llamándose cristianos participan de esos pecados, las cuales
también serán lanzadas al Lago de Fuego, que como hemos dicho anteriormente, es un lugar
definitivo donde serán atormentados eternamente, veamos quiénes serán ellos:
a. Los cobardes e incrédulos: La Biblia nos muestra que los cobardes son todos aquellos que
retroceden para perderse (Heb. 10:37-39 BJ3) esto tiene mucho que ver con la incredulidad
pues la Biblia nos indica que los hombres de fe salvarán su alma. La palabra retroceder en griego
es: hupostole y significa: un tímido o cobarde que en secreto se retrae. Un ejemplo de esto lo
vemos con Pedro que al llegar los de la circuncisión, “HUPOSTELO” retrocede de la gracia, se
retrajo de su comportamiento de libertad por temor a los de la circuncisión (Gá. 2:11-15). Los
que no permanecen en la Doctrina de Jesucristo, se perderán. Afortunadamente, el apóstol Pedro
se arrepintió y enmendó su comportamiento y fue restaurado. Esto puede darse en el período
tribulacionario pues vemos que la Biblia indica que a los “vencedores” se les da galardón y en
el caso de la Iglesia de Sardis muestra que aquellos que no nieguen el nombre del Señor no serán
borrados del libro de la vida por lo que aquellos cobardes que apostataron y negaron el nombre
de Jesucristo estarán en el lago de fuego.
b. Los abominables y homicidas: La Biblia nos muestra que existen varias abominaciones que son
castigadas con muerte, en este caso vemos una de ellas la cual indica: “Si alguno se acuesta con varón
como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación” (Lv. 20:13 LBA) esto debido
nuevamente a que no reconocen a Dios como soberano y Él los entrega a pasiones degradantes (Ro.
1:27).
c. Los fornicarios y hechiceros: La Palabra que se utiliza para fornicarios es: PORNOS (Strong G4205)
que significa: Aquel que prostituye su cuerpo por ganancia, por las lujurias de otro.
Hechicero en griego es PHARMAKEUS (Strong G5332) significa: uno que prepara o usa remedios
mágicos y su origen es: PHARMAKON el cual significa: droga. Por lo que aquellas personas que
venden su cuerpo y usan drogas están destinadas para la muerte segunda.
d. Los idolatras y todos los mentirosos: Dios en todo momento ha condenado la idolatría la cual no sólo
es venerar a una imagen, sino a personas. De la misma forma, en el período tribulacionario
habrá gente que idolatra a la bestia adorándola, todo aquel que participa de adorar a la criatura
en lugar de al Creador tienen en su corazón lujuria (Ro. 1:24-25) y serán condenados. La palabra
mentiroso en griego se conoce como PSEUDES (Strong G5571) y significa: un falso. En la Biblia encontramos a algunos que tienen este título: falsos profetas (1 Jn. 4:1), falsos maestros (2 P. 2:1),
falsos hermanos (Gá. 2:4), falsos apóstoles (2 Co. 11:13), falsos testigos (1 Co. 15:15). Por ello
notamos que el Señor desconoce a todos aquellos que obran iniquidad aun cuando estos
profetizaban, predicaban o echaban fuera demonios, pero obraron con engaño y mentira (Mt.
7:22-23).
Cada creyente tiene la esperanza de no ver muerte, sin embargo, en algún momento dejará esta
dimensión y debe comprender y saber que ya la muerte no tiene autoridad sobre él, pero
dependiendo de su forma de vida acá en la tierra así será el turno en que podrá resucitar y si en
definitiva no conoció del Señor, participará en la segunda resurrección que es de condenación. Pero
los salvos, sea que muramos o vivamos del Señor somos, porque hemos sido comprados con su sangre
y por medio de ella, anuló nuestra deuda con el Padre y el acta de los decretos que eran adversos
a nuestra vida. Por ello debemos vivir de forma santa para el Señor y si pecamos presentarnos
delante de Él para pedir perdón y ser limpios de nuestras faltas.