La iglesia debe mantener su enfoque en la adoración a Dios, la enseñanza bíblica y el discipulado. Actividades que complementen estos objetivos pueden ser aceptables, pero deben evaluarse cuidadosamente. La línea que no debe cruzarse incluye:

• Cualquier cosa que comprometa la integridad del evangelio
• Actividades que promuevan una teología no bíblica
• Prácticas que distraigan del enfoque en Cristo
• Elementos que puedan causar división o escándalo en la iglesia
• Actividades que promuevan el entretenimiento por encima de la edificación espiritual
• Cualquier cosa que pueda ser percibida como irreverente o irrespetuosa hacia Dios

En cuanto a la presentación mencionada, es importante evaluar:

• El propósito y mensaje de la actividad
• Su relevancia para el tema del congreso
• Si complementa o distrae de los objetivos espirituales
• La percepción de los participantes y su impacto en la comunidad

En general, las actividades en la iglesia deben:

• Glorificar a Dios
• Edificar a los creyentes
• Estar alineadas con las enseñanzas bíblicas
• Promover la unidad y el crecimiento espiritual

El límite es la reverencia. No me refiero a no expresar gozo, emociones o expresiones corporales. Reverencia en el sentido de a quién se adora. No se puede perder de vista el sentido de la adoración. Cuando lo que se busca es el sentirse bien o demostrar como se mueve fácilmente a una congregación, es un mero espectáculo. La libertad en el Espíritu no puede ser objeto de manipulación.