Mi Salvador(Devocional)
Mi Salvador(Devocional)
Mi Salvador
“Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.” Lucas 1: 47
¿Quién necesita un salvador?
¡Yo si! Cada día. Mientras más aprendo de Él, mejor entiendo cuan perdido y ciego estaba antes que él abriera mis ojos. Mientras más veo mis tendencias egoístas, más le alabo por Su gracia salvadora en las diarias batallas espirituales. Mientras más sufro por los padecimientos de su pueblo en este mundo oscuro, más irradia su promesa de un rescate final de todas las corrupciones terrenales.
Estoy confiado que el don de salvación de Dios cobre el pasado, presente y futuro. Mi maravilloso Salvador…
1. Me ha salvado por Su Espíritu y me ha unido a Sí mismo. Tito 3:4-7
2. Salva (y santifica) mi alma diariamente, mientras me da Su victoria de toda clase de batallas, visibles e invisibles. Filipenses 2:12-13
3. Un día me librará de este envejeciente cuerpo y me vestirá de un nuevo cuerpo, a la medida para una eternidad de gozo con El. 1 Corintios 15:42-44
La primera parte es historia. Hace tiempo, El removió un pesar en mi corazón y me mostró lo vacía que es la vida sin El. Cuando fui tentado a satisfacer mi hambre espiritual con paganismo, me envió una advertencia y me acercó a El.
De repente supe en mi corazón que El era mi Salvador. Vio mi depravada naturaleza, confié en la redención que El ganó por mi en la cruz hace ya 2,000 años, y confesé mis pecados traídos a mi mente por el Espíritu Santo. Me otorgó el don del arrepentimiento, así que, por Su Gracia (no por mis propias fuerzas o voluntad o poder), escogí dar un cambio en mi vida. Entonces, Milagro de Milagros, me llenó con su gloriosa vida resucitada a cambio de mi futil y degradada vida.
En ese momento en la vida, Jesús me salvó de dos enemigos que me tenían cautivos: las fuerzas espirituales del mal y mi propia naturaleza pecaminosa. Juntos, estos dos enemigos habían cegado mis “ojos” y me habían separado de todas las riquezas espirituales que El deseaba compartir conmigo. La Biblia lo explica muy bien:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2: 1-9
La segunda parte de Su Salvación es proseguir. Aunque Jesús tomó mi antigua vida y la colocó en la cruz, las huellas de las antiguas inclinaciones aun alcanzan a mi corazón y mi mente, queriendo cosas contrarias y alejándome de Su bienestar. Mi propia fuerza o poder de voluntad no me salvaran, pero su Gracia si – esto es, cuando le confío mi vida. Romanos 7: 19-8:2. Pues:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2: 20
¡Qué regalo! Su suficiencia en mi debilidad. Su justicia por mis pecados. ¡Sus eternas riquezas por mis trapos sucios! ¡Su vida, no la mía, en cada momento! Colosenses 3:1-4
No merezco este maravilloso “intercambio”, pero gustosamente lo recibo. Por esta sublime gracia, tu y yo podemos ser “más que vencedores” en Cristo. Cada día, “habiendo sido reconciliados, somos salvos por su Vida” así como “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Romanos 5:10-11, Filipenses 3:7-14
Entonces, un glorioso día, cuando nuestro Salvador haya finalizado su labor terrenal en y a través de nosotros, nos levantará de este mundo físico, nos reunirá con El, y nos vestirá con un glorioso cuerpo por toda la eternidad. ¿Que podría ser más maravilloso?
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12: 1-2
Mientras más camino con el, más mi corazón se deleita en esta preciosa canción escrita por esta escritora ciega de himnos:
Todo el camino mi Salvador me guía
¿Qué debo de pedir demás?
¿Puedo dudar de su tierna misericordia
Quién a través de la vida ha sido mi Guía?
Paz Celestial, conforte divino,
Aquí por la fe en El moraré!
Ya que sé, que todo lo que me acontece,
Jesús hace toda las cosas bien.Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos.” Judas 24-25
Jeremias 32:38-40; Juan 6:44; Romanos 5:1-5, 6:11-18, 7, 8:1-39;
1 Corintios 2:9-13, 4:7, 15:42-44; 2 Corintios 5:17-21; 1 Tesalonicenses 5:5-11;
2 Timoteo 2:24-26; Hebreos 9:15; 1 Juan 1:8-9; Salmo 27.