LOS RESULTADOS DE CONOCER A DIOS
LOS RESULTADOS DE CONOCER A DIOS
LOS RESULTADOS DE CONOCER A DIOS
A. Humildad de pensamiento
Tratar de conocer a Dios en su totalidad, es en
definitiva algo imposible. Primero, porque el hombre enfrenta
inmensas limitaciones en todo aspecto. El profeta Isaías
dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos dice Jehová. Y mis
pensamientos son más que vuestros pensamientos” (Is.
55:8-9).
J. I Packer dice, que estudiar a Dios humilla la mente,
porque, ella no logra percibir lo que realmente es Dios. Nadie
puede comprender a Dios, sino solo Dios, que conoce todo de
sí mismo. Observando esta afirmación desde un punto
de vista práctico, es algo positivo, porque muchas veces
el orgullo se asienta en la vida del creyente, de modo que la
imposibilidad de conocer a Dios mantiene al creyente en humildad,
porque nunca podrá comprender la infinidad de
Dios.
Pero vale aclarar que “toda persona, en todas partes,
tiene un sentido hondo e interno de que Dios
existe[11]
B. Paz inquebrantable
Son innumerables las bendiciones que el creyente recibe,
como fruto de su relación con el Señor. Ej.:
consuelo en momentos de tristeza, descanso para aquellos que
están cansados (Mat. 11:28) y paz en medio de las pruebas
(1 Cor. 10:13).
Este nuevo estilo de vida, es diferente a la que el
mundo moderno vive. En medio de tantas malas experiencias, el
cristiano deposita toda su confianza en el Señor, aun en
los peores momentos de su vida, puede decir con mucha confianza:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil.
4:13).
CONCLUSIÓN
Con notable franqueza, el apóstol Pablo
podía decir “… yo sé en quién he
creído” (2 Tim 1:12J). Pablo hablaba con tal
convicción no solo porque conocía las Escrituras,
sino porque había desarrollado una relación
personal e intima con Dios, de modo que en varias ocasiones
había experimentado la fidelidad de Dios y de sus promesas
en su vida. Esa es la razón por la que él hallaba
tanto gozo, debido a su confianza firme tanto en Dios como en su
Palabra (Fil 4:12-13; 2 Tim 4:16-19).
Conocer a Dios en ese sentido es de un valor
inestimable, porque esta relación de amistad será
para siempre con Dios, así como la vida de Enoc quien
“Caminó, pues…con Dios, y desapareció,
porque le llevó Dios” (Gén. 5:24).