EVANGELIO DE MATEO

EVANGELIO DE MATEO

Mateo : Jesús el internacional

Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Mateo 8:11

Ayer vimos que Mateo describe al Jesús judío. Más aun, lo proclama como el largamente anhelado Mesías. La evidencia de su condición judía es indiscutible. Jesús estaba plantado en el Antiguo Testamento. Se consideraba a sí mismo como el cumplimiento de toda la profecía del Antiguo Testamento.

Más aun, Mateo registra dos ocasiones que no se encuentran en los otros Evangelios, en las que Jesús parece estar teñido de nacionalismo o de prejuicio étnico. En el primero, refiriéndose a su ministerio, Jesús dijo: ‘No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel’ (15:24). En el segundo, refiriéndose al ministerio de los discípulos, les dijo: ‘Por camino de gentiles no vayáis … sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel’ (10:5–6)

Pero esta se trataba apenas de una limitación histórica. Jesús estaba dándole a Israel una última oportunidad. De inmediato agregó que sus discípulos serían ‘para testimonio … a los gentiles’ (v. 18). El mismo Mateo que registró aquellos dichos sobre las ‘ovejas perdidas’ de Israel también registró al comienzo de su Evangelio la visita de los magos gentiles, y al final del mismo la Gran Comisión que dio Jesús: ‘id, y haced discípulos a todas las naciones’ (28:19). De modo que, si bien el retrato de Jesús que nos da Mateo es la más judía de las cuatro presentaciones, sería imposible describir a Jesús culpable de alguna medida de prejuicio o de orgullo étnico. Todo lo contrario, él dejó claro que el nuevo Israel sería una patria internacional:

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente,

y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

Mateo 8:11

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