Algunas consideraciones sobre Jn. 3:16, parte 3
Algunas consideraciones sobre Jn. 3:16, parte 3
que ha dado a su Hijo… Jn. 3:16 RV1960
Creo que llegamos a un punto neurálgico en este versículo. Dejaremos por el momento a un lado el verbo “ha dado“, que lo analizaremos en una exposición posterior, y me centraré en la frase que en griego dice: “hoste ton Huion“. Por lo general se traduce así: “de tal modo que… Hijo“. La palabra hoste en griego puede hacer las veces tanto de un adverbio como de una conjunción.
Como adverbio, hace las veces de un adverbio relativo de modo, y se puede traducir de esta manera: “como“, “tal como“.
En la primera publicación de esta serie explicamos que la primera frase del versículo, podría indicar cómo nos ama Dios, y conectando con la traducción de “hoste” como adverbio, Juan 3:16 queda así por el momento:
Efectivamente, está (es) la manera como Dios ama siempre y en todo momento al mundo, tal como al Hijo…
Ahora bien, los primeros manuscritos griegos tenían escritura uncial, se escribían con pura mayúsculas y sin espacios, así que existe la posibilidad de que “hoste” pueda leerse en griego como “hos te“, expresión que se traduciría en español: “incluso como“.
Evidentemente, a tal extremo Dios ama en todo momento al mundo, incluso como (si fuera) el Hijo…
Así es como Dios ama al mundo, como si fuera el Hijo!! A tal punto y a tal extremo llega el amor de Dios. Creo que está consideración (considerar “hoste” como adverbio y no como conjunción) dignifica y exalta más a nuestro amado Dios, ya que cuando Dios ama, lo hace en el grado más elevado y de la manera más profunda, más allá de lo que nosotros podemos entender y comprender. Dios no puede hacer diferencias en su amor, o ama al mundo como al Hijo, o Su amor no es un amor divino y perfecto ¡Cuán especial y valioso es todo el mundo para Dios! ¡Se equipara al Hijo!
Proseguiremos desentrañando más de Jn. 3:16 en otra oportunidad.
1 Respuesta
Dios nos ama tanto que dio a su hijo unico para perdonar nuestros pecados
Estoy de acuerdo, pero para el Evangelista Juan es más importante la perspectiva divina, y el enfatiza que el amor del Padre no es únicamente para perdón, sino porque efectivamente somos iguales al Hijo. Dios nos ama porque somos hijos, el amor de Dios es el amor de Padre.
Mirad que manera de amor (qué clase de amor) nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, y lo somos. (1Jn. 3:1a)