¿La Salvación se pierde?
¿La Salvación se pierde?
Si la salvación es por gracia, por medio de la fe en Jesucristo, y no por obras…
¿Realmente puedo perder lo que ya se me entregó?
¿Se retiene así no haga nada?
¿O se pierde si obro mal?
5 Respuesta
La pregunta sobre si “la salvación se pierde” la respondí en otra pregunta que decía si “un cristiano puede estar seguro de su salvación” prácticamente es la misma respuesta, como en la otra esta pregunta es profunda y ha sido objeto de debate durante siglos dentro de la teología cristiana.
Existen diferentes perspectivas dentro del cristianismo, y aquí te presento un panorama general de las opiniones más comunes sobre este tema, desde varias tradiciones y enfoques teológicos:
1. Teología Reformada (Calvinista)
En las tradiciones reformadas, como el calvinismo, se sostiene la doctrina de la “perseverancia de los santos”. Según esta doctrina, los verdaderos creyentes serán mantenidos en la salvación por el poder de Dios hasta el final.
Versículo Clave: Juan 10:28-29 (NVI): “Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las dio, es más grande que todos; y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre.”
Perspectiva: En este marco teológico, se cree que un cristiano genuino puede estar seguro de su salvación, ya que es Dios quien asegura esa salvación.
2. Teología Arminiana
En la tradición arminiana, se afirma que los creyentes tienen libre albedrío para aceptar o rechazar la gracia de Dios a lo largo de su vida.
Versículo Clave: Hebreos 6:4-6 (NVI): “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento.”
Perspectiva: Según esta visión, la seguridad de la salvación puede ser menos absoluta, ya que es posible que un creyente se aparte de la fe.
3. Teología Católica
En la teología católica, la salvación es vista como un proceso continuo que requiere la cooperación constante del creyente con la gracia de Dios.
Versículo Clave: 1 Juan 1:9 (NVI): “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
Perspectiva: Los católicos creen que es posible tener esperanza y confianza en la salvación, pero también es necesario mantenerse en gracia a través de los sacramentos y una vida de fe activa.
4. Teología Ortodoxa
La teología ortodoxa también ve la salvación como un proceso continuo, en el cual la cooperación con la gracia divina es esencial.
Versículo Clave: Filipenses 2:12 (NVI): “Así que, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupados en vuestra salvación con temor y temblor.”
Perspectiva: Los ortodoxos creen que la salvación es un proceso en el que uno debe perseverar en la fe y las buenas obras, y aunque se puede tener la esperanza de la salvación, la seguridad absoluta no es la norma.
5. Teología Pentecostal/Carismática
En muchas iglesias pentecostales y carismáticas, se enfatiza una relación viva y dinámica con Dios, y a menudo se predica sobre “la seguridad de la salvación” a través de la experiencia del Espíritu Santo.
Versículo Clave: Romanos 8:16 (NVI): “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.”
Perspectiva: Estas tradiciones suelen enseñar que los creyentes pueden tener una seguridad personal de su salvación basada en su “experiencia del Espíritu Santo”, aunque también reconocen la necesidad de una vida continua en el Espíritu.
6. Teología de la Libertad y el Evangelio Inclusivo
Algunas corrientes más modernas y liberales dentro del cristianismo tienden a ser menos dogmáticas sobre la salvación.
Perspectiva: Se enfocan más en una relación amorosa con Dios y con los demás, y en la esperanza de la salvación como una oferta universal, aunque la seguridad personal puede variar según las experiencias individuales.
Conclusión
La seguridad de la salvación en el cristianismo puede depender significativamente de la perspectiva teológica que uno siga. Algunas tradiciones aseguran que un cristiano puede estar completamente seguro de su salvación, mientras que otras ven la salvación como un proceso continuo que requiere una fe persistente, el problema es que existen textos bíblicos que muestran una salvación segura ya que no depende de nosotros sino de Dios y tenemos textos bíblicos donde enseñan todo lo contrario, dando lugar a diferentes perspectivas sólidas que han durado toda la historia del cristianismo
Me parece que un verdadero hijo de Dios nunca pierde la Salvación. Y si alguno se puede era sisaña en medio de la iglesia.. ahora bien:
- Seguridad eterna: la Biblia muestra que una vez que una persona es verdaderamente salva, esa salvación es segura y no puede perderse. Esta creencia se basa en pasajes como Juan 10:28-29, donde Jesús dice: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
- “Predestinación: La biblia también se sostiene la doctrina de la predestinación, que afirma que Dios ha elegido a ciertos individuos para la salvación antes de la creación del mundo (Efesios 1:4-5).
El tema de si se puede perder la salvación es debatido entre diferentes tradiciones y denominaciones cristianas, y hay varios pasajes bíblicos que son interpretados de diversas maneras.
**Argumentos a favor de que se puede perder la salvación:**
1. **Hebreos 6:4-6**: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento”.
2. **Hebreos 10:26-27**: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”.
3. **2 Pedro 2:20-21**: “Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado”.
**Argumentos en contra de que se puede perder la salvación (seguridad eterna):**
1. **Juan 10:28-29**: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”.
2. **Romanos 8:38-39**: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
3. **Efesios 1:13-14**: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.
La interpretación de estos versículos puede variar dependiendo de la doctrina de la denominación cristiana a la que se pertenezca. Algunas iglesias, como las calvinistas, sostienen la doctrina de la “perseverancia de los santos”, que afirma que los verdaderos creyentes perseverarán en la fe hasta el final. Otras tradiciones, como algunas ramas del arminianismo, creen que es posible que un creyente se aparte de la fe y pierda la salvación.
La salvación no es un objeto para perderlo, la salvación es Jesús (Hch 4:12), si caminas y perseveras detrás de la salvación toda tu vida no tienes porque dudar de tu salvación, “El que persevera hasta el fin ese será salvo” (Mr. 13:13), Bendiciones!
Romanos 10:10 porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación
Dios ha sido bueno con nosotros ya que sin ser pueblo fuimos tomados por dignos y nos fue presentado el plan de salvación a nuestras vidas. Esta salvación la alcanzamos gracias a la misericordia de Dios y a través de un acto de fe como es nuestra confesión (Rom 10:10).
Al momento de aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador la experiencia de cada persona es distinta. Algunos experimentan un deseo de llorar, otras una paz profunda, gozo inexplicable y otras manifestaciones; pero hay quienes no sienten nada, ¿quiere decir eso acaso que no son aún salvas, o que no trajo ningún beneficio el acto mismo de recibir a Cristo?, de ninguna manera, la obra redentora de Cristo no depende de los sentimientos (del alma), ni de las manifestaciones físicas, sino de las fieles promesas de Jesucristo.
El nuevo creyente, al momento de invitar a Jesucristo a entrar a su corazón y aceptarle como Señor y Salvador personal, debe tener la certeza de que, efectivamente Cristo está en su corazón. ¿En qué se basa esta seguridad? Se pueden establecer dos aspectos:
1. LASALVACIÓNNODEPENDEDELCREYENTE.¿Porquésediceesto?
No depende de lo que somos. En la Biblia se dice que las naciones (hombres), son como la hierba delante del Señor (Is. 40:17), y que el hombre es como el polvo (Sal. 103:14), y en el Nuevo Testamento se llama al hombre pecador (Ro. 3:23), por lo tanto si la salvación dependiera de lo que somos, ninguno sería salvo, pues todos somos pecadores y merecíamos condenación eterna.
No depende de lo que tenemos. Dios es el dueño de todas las cosas, de Él es la tierra y todo lo que en ella existe (Sal. 24:1), por lo tanto, el hombre nada tiene para comprar su salvación, por eso Jesús les dijo a sus discípulos que ¿Qué provecho obtendría un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? ó ¿Qué podría dar el hombre a cambio de la salvación de su alma?, Nada (Mt. 16:26).
No depende de lo que sentimos. Los sentimientos del ser humano son muy variables, por naturaleza es voluble ante las circunstancias, por lo tanto tiende a ser engañoso. En Jeremías 17:9 se dice que “más engañoso que todo, es el corazón” (sentimientos), y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? El ser humano muchas veces ni él mismo se comprende, por eso una salvación tan grande no depende de un sentimiento.
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2. LA SALVACIÓN ES UN REGALO DE DIOS. ¿Por qué?
Su hijo Jesucristo hizo la obra perfecta de redención (salvación). La obra perfecta que hizo Jesús a favor del hombre fue ofrecerse a sí mismo como sacrificio por el pecado de la humanidad, por eso Juan El Bautista declaró que “Jesús era el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Dicho sacrificio es único y para siempre, de tal manera que ya no hay necesidad de ofrecer otro por la salvación. Es maravilloso saber que si el pecado nos alcanza, podemos utilizar la sangre de Jesucristo, que todavía está fresca, para llegar ante Dios y pedirle que nos limpie de todo pecado con la sangre bendita de su hijo (1 Jn. 2:1-2).
Dios por naturaleza es fiel. El hombre es infiel, más Dios siempre permanece fiel (2 Ti. 2:13). Es un alivio saber que Dios nunca cambia y a todo el que cree en Él le prometió vida eterna (Jn. 3:36), es más, el Señor juró (He. 7:21), que esta promesa se cumpliría y la selló con un pacto, un mejor pacto, el pacto de la sangre de su Hijo, quien es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios (He. 7:25). Además, El aseguró que nadie podría arrebatar de su mano a un creyente en Él (Jn. 10:29).
El sello del Espíritu Santo. Dios ha dado al creyente una garantía anticipada de la salvación eterna, alguien que provee de seguridad a esta promesa, es El Espíritu Santo (Ef. 1:13-14). El Espíritu Santo también perfeccionará al creyente, hasta el día de Jesucristo y lo presentará irreprensible (Jud. 24)
3. LOSBENEFICIOSDELASALVACIÓN
Cuando se habla de los beneficios de la salvación, se habla de lo que Dios pone ante el nuevo creyente para que lo tome por la fe. A continuación se enumeran algunos de éstos beneficios:
“Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos SEGURIDAD Y ACCESO con confianza por medio de la fe en El.” Efesios 3:11-12.
Paternidad, Jn. 1:11-12: La Biblia es clara cuando indica que solamente se puede ser hijo del Padre, recibiendo y creyendo en su Hijo Jesucristo. Dios adopta al creyente por el Espíritu Santo y nunca se olvidará de él (Is. 49:15). Así como un hijo puede desobedecer a su padre, un hijo de Dios también puede desobedecerlo, es decir, puede cometer pecado, por lo tanto Dios lo disciplinará (He. 12:6-8), con amor, para perfeccionarlo.
Vida eterna, Jn. 3:16: El propósito de Dios es que toda persona experimente la vida eterna que Él otorga, pero que a causa del pecado, ésta se ve interrumpida, por lo que ahora todo el que cree en Jesucristo puede experimentar la vida eterna y abundante que Cristo ofrece (Jn. 10:10).
Perdón de pecados, Col. 2:13: La Biblia enseña que por un hombre entró la muerte por el pecado, pero que también por un hombre entró el perdón, es decir, Jesucristo; por lo que al reconocer su sacrificio expiatorio, su Sangre borra todos los pecados, no importando el tamaño o gravedad de los mismos.
Una nueva creación, 2 Co. 5:17: Al momento de conocer al Hijo de Dios, se inicia un proceso de regeneración, el cual destaca el inicio de un nuevo estado de cosas en contraste con el viejo (Diccionario VINE). Es un proceso ascendente en el que se afirma que “las cosas viejas van pasando y todas vienen a ser hechas nuevas”. En este proceso se avanza en la medida en que el nuevo creyente va entregando todas las áreas de su vida.
Ciudadano del reino de los cielos, Fil. 3:20; 1 P. 2:9: El conocer a Jesucristo permite salir de la ciudad de pecado (En figura representada por Egipto), y obtener una nueva ciudadanía, Cristo afirma que ha ido a preparar lugar, “para que donde Yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3), no un día, sino eternamente y para siempre.
Es integrado al cuerpo de Cristo. El nuevo creyente es hecho miembro del Cuerpo de Cristo (1 Co. 12:12), que es la Iglesia, ya no está solo, tiene identidad, ahora los miembros de la iglesia son sus hermanos, su familia, por lo tanto, tampoco puede dirigirse solo, sino que tendrá que aprender a sujetarse a los miembros del cuerpo (1 Co. 12:14-20).
Se le entregan regalos. El Espíritu Santo regala dones que Dios da a los creyentes para la edificación de su Iglesia (1 Co. 14:12). Estos dones permiten al nuevo creyente crecer y desarrollarse, dándole la oportunidad de servir dentro de la Iglesia.
La palabra del Señor en: Hebreos 2:3 dice: ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron. Tomando como base el versículo anterior, nosotros como hijos de Dios también tenemos responsabilidades y una de ellas es cuidar nuestra salvación, teniendo presente que esta no la ganamos por nuestras obras si no es producto de la fidelidad de Dios a sus promesas y pactos, por medio del sacrificio de Jesús en la cruz.
En mi criterio, no se puede perder la salvación, si eres un escogido del Señor, debido a la elección como lo indica Rom 9.11-14 NVI