Fuego Consumidor(Devocional)

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Fuego Consumidor(Devocional)

Fuego Consumidor

“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Hebreos 12: 28-29

“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” Proverbios 9: 10

“Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.” Malaquías 3: 3

Mi Rey se está preparando para sí un pueblo. Por su sangre derramada y la labor de la cruz, EL nos ha limpiado de nuestros pecados y libertado de su poder. Por la llama de su justo amor, nos guía a nuestra meta. Y un día, nosotros – Su pura, sin mancha y radiante novia – viviremos con El en su palacio celestial por siempre.

Su fuego santo traerá juicio al impío, pero construye humildad, fe y pureza en aquellos que buscan una constante y profunda relación con Jesús. Pues El promete traer a Su remanente Fiel “a través del fuego” y “refinarlos así como la plata es refinada.” Entonces, al terminar, El “dirá: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” Zacarías 13: 9 – 14: 1 ¡Oh, que día será ese!

Con frecuencia utiliza mi circunstancias (problemas, fallas, personas en mi vida…) como combustible para ese fuego refinador, pero Sus llamas nunca queman fuera de control. Ya que El me creó, El conoce bien la intensidad del calor requerido para limpiar y purificar; así que El sostiene la temperatura con sabiduría y amor, nunca permitiendo más calor que lo que puedo soportar en cualquier momento.

Mientras El trabaja, El vela por mí, mira la escoria pasada y presente y se deleita en el oro puro que comienza a brillar aquí y allá. Está lejos de terminar pero El prevé la belleza y la radiantes de la persona que me hará. Así que El continua aplicando presión y calor hasta que este duro terrón de aleación – que a menudo me parece estar bien – es derretido y destruido.

Con el paso del tiempo, la escoria escondida surge a la superficie en donde llega a ser visible y alcanzable. Suavizado y rendido, me someto todo al fuego, dándole tanto el oro como las impurezas. El las separa, los residuos de la escoria, y comienza a moldear el resto a Su (no mi) perfecta norma.

Imperfecto como soy, he aprendido a dar la bienvenida a su entrenamiento. Anhelo ser más sensible a su voluntad, más obediente en mi diario andar y más dispuesto a colocar mi vida en su voluntad. Y tanto más, porque Me ha mostrado qué sucede cuando él me deja por mi cuenta.

Hace años, después de que confiara en Jesucristo como mi Salvador, El me envió a un hospital de los veteranos locales para traer Su verdad y amor a los pacientes solos y necesitados. Algunos habían estado involucrados en el ocultismo; otros dudaron o se burlaron del cristianismo. A menudo, cuando caminaba por los largos pasillos, algunos hombres hacían preguntas sinceras mientras los escépticos me vociferaban los retos teológicos que habían planeado en mi ausencia.

Dios me daría respuestas amorosas y me dirigiría a las respuestas bíblicas. Lo que es más, El proporcionó la protección espiritual contra un azote de blasfemias. Yo me “coloque la armadura de Dios,” y su fuego parecía quemar las impurezas tan pronto golpeaban.

Un día un capellán me dijo sobre una terapia o una sesión de encuentros comenzada recientemente para los pacientes y el personal. Sentado en un círculo, los pacientes expresarían su ira y darían sus opiniones unos a otros. “Realmente me liberó,” dijo. “usted debería intentarlo.”

Y lo hice — sin preguntar a Dios o a mi Esposo. Sentada en el círculo, oí las mismas profanidades que me habían bombardeado a diario en las salas. Pero algo era diferente. Había entrado en una zona de batalla espiritual sin mi armadura. Puesto que El no me envió, él permitió que hiciera frente a las consecuencias de mi desobediencia.

Al conducir a casa, continuaba escuchando en mi mente las mismas palabras vulgares que habían sido dichas por los miembros del grupo. Me sentía contaminada y horrorizada. Aunque confesé mi pecado y rogué por su limpieza, El permitió que esas palabras me atormentaran a diario por tres meses. Entonces El los hizo repentinamente desaparecer, pero había aprendido mi lección.

Ahora, como entonces, deseo su fuego. Anhelo la pureza que produce. Cuando el calor llega a ser intensamente doloroso, recuerdo la sabiduría amante de Dios, su esencial propósito, y sus palabras que animan a través de su discípulo, Pedro:

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1 Pedro 1: 6-9

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos…” 1 Pedro 5: 10-11

“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.” 1 Corintios 3: 12-13.

maynor Pregunta respondida 25 de julio de 2024
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