El punto decisivo en el tiempo está cercano
El punto decisivo en el tiempo está cercano
Recuerdo frescamente una tarde en Paraguay cuando estaba en un Curso Bíblico en compañía de varios hermanos de toda Latinoamérica, y a uno de ellos se le ocurrió preparar palomitas de maíz, y servirnos en la sala donde todos estábamos reunidos. ¡Qué bien! ¡Canguil!, dijo un hermano de Ecuador. ¡Ahh, canchitas!, dijo el hermano de Perú. ¡Cómo que canchitas, eso se llama pororó! decía un paraguayo. ¿Pororó? ¡Qué es eso! ¡Eso se dice pochoclo en mi país!, exclamó el argentino. Yo susurré suavemente, — En mi país se llaman pipocas —, y continuaron con cabritas, chispetas, cotufas, poporopo, etc., etc.; y parecía que cada país se había enfrascado en denominar de manera diferente a las populares palomitas de maíz. Y definitivamente, así es un idioma, puede variar de región en región, y puede ocasionar tanta confusión algo tan simple como unas “palomitas de maíz“.
Y aunque en muchos casos hay muchas formas de denominar el mismo concepto; por otra parte, puede llevar a confusión cuando no se tiene un vocablo preciso para expresar alguna idea que existe solamente en una cultura. Y ese es el caso del idioma griego. Había por lo menos tres palabras para expresar diferentes conceptos relacionados con el tiempo en la Grecia antigua. Y quizá el concepto más ajeno a nosotros es el tiempo “kairos“.
En tanto que el tiempo “chronos” parecía como una engullidora que devora nuestra vida con el transcurrir del tiempo que se va y no vuelve más, el tiempo “kairos” era el momento oportuno en el que algo importante sucede en nuestras vidas. El tiempo “chronos” era lineal, transcurría sin detenerse en el calendario, forjando constantemente el pasado, el presente y el futuro. Era un tiempo en el cual los mortales no podían osar intervenir o afectar de manera alguna; mientras que “kairos“, era el tiempo de la oportunidad. Los humanos podían aguardar el tiempo preciso para actuar, y permitir que algún evento importante suceda, al punto incluso de cambiar el curso de la historia humana. Por ejemplo, los sofistas esperaban ansiosos el tiempo “kairos” para hablar e impactar a su audiencia, o cambiar el curso de un debate. Un general debía aguardar el instante propicio para atacar a fin de obtener la victoria en una batalla. En resumidas cuentas, el tiempo “kairos” era la balanza de la cual los hombres podían asirse para producir sucesos importantes, ocasionar eventos históricos trascendentes o cambiar el curso de su vida.
Ahora bien, al inicio del precioso libro de Apocalipsis, Juan nos predica las buenas noticias de manera impactante. ¡Albricias! En este libro, donde Jesucristo es develado en su máximo esplendor, en el primer capítulo, tercer versículo, Juan hace está declaración: “… porque, efectivamente el tiempo «kairos» es cercano — lo suficientemente próximo como para tocarlo con la mano —…” (Ap. 1:3).
Aun los griegos, si bien consideraban que el tiempo “kairos” era posible alcanzarlo, creían que no todos tenían la oportunidad de hacerlo, y las grandes oportunidades en la vida, podían esfumarse rápidamente. A diferencia, las Escrituras nos brindan ese mensaje lleno de esperanza y tranquilidad para toda la humanidad, porque el momento más propicio y decisivo de nuestras vidas, está cercano, tan cercano, que cualquiera que desee, puede recibirlo. Por tanto, no nos llenemos de más caos, confundiendo términos y asignando a este versículo un tiempo del reloj calendario en la historia humana, un tiempo chronos, ya que NO es el tiempo “chronos” el que está cerca, sino el tiempo “kairos“.
Aprovechemos la oportunidad que nos da Dios y acerquemos a Él, y ese contacto con el Eterno trascenderá nuestras vidas, y será la experiencia más decisiva en el transcurso de nuestra vida humana. O como dicen las escrituras al final de este mismo libro:
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Apocalipsis 22:17 RV1960
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Feliz [o: Supremamente bendito; Bienaventurado; Dichoso] el que está continuamente percibiendo de nuevo [o: aprendiendo hacia arriba; leyendo en voz alta], y los que están constantemente oyendo [o: escuchando y prestando atención; = observando y obedeciendo] las palabras de la profecía [o: del mensaje contenido en la luz y el entendimiento vistos con anticipación] y están habitualmente guardando [o: manteniendo a la vista; custodiando; resguardando; reteniendo] las cosas que han sido escritas en ella, porque, efectivamente, el tiempo de oportunidad [o: el tiempo oportuno; el momento propicio; la ocasión especial; la ocasión idónea; o: el momento decisivo; el momento productivo; el punto decisivo en el tiempo; el momento preciso; la sazón] es cercano — lo suficientemente próximo como para tocarlo con la mano [o: está cerca].
Apocalipsis 1:3, NT-Ecléctico
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Y por cierto, el Espíritu [o: el efecto del Soplo de Dios; el resultado del respirar y exhalar de Dios; el fruto del Aliento divino; el Viento de Dios] y la Novia [o: la joven casadera; o: la joven prometida; o: la desposada] están continuamente diciendo: ‘¡Estés viniendo repetida y/o progresivamente por Tí mismo!’ [o: ¡Cómo mandato, ven continuamente!] Entonces, el que continúa escuchando [o: el que oye habitualmente] diga imperativamente: ‘¡Continúa viniendo por Tí mismo!’ [o: ‘¡Estés viniendo repetida y/o progresivamente por Tí mismo!’] Y el que está teniendo sed continuamente [o: Luego, aquel que continúa sediento] ¡dejen! que venga por sí mismo de manera repetida. ¡Dejen! que el que se está proponiendo reciba Agua de Vida gratuitamente a chorros [o: Aquel que tiene la intención debe tomar Agua que es Vida para un regalo gratuito a otros].
Apocalipsis 22:17, NT-Ecléctico
La venida de nuestro Señor Jesucristo está cerca, amén
Es importante estar velando y orando en estos tiempos finales