Algunas consideraciones sobre Jn. 3:16, parte 2

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Algunas consideraciones sobre Jn. 3:16, parte 2

Dios amó al mundo Jn. 3:16 RV2960

Considero que esta frase es una de las más preciosas de este versículo. Trataremos de desentrañar todo lo que implica el verbo griego en cuestión.

El verbo “amó” es un aoristo de indicativo en voz activa. El aoristo es quizá el tiempo verbal de más difícil traducción ya que en nuestro idioma no tenemos un tiempo verbal de estás características como en el griego. De manera breve, aoristo significa “sin horizonte“, y era el tiempo verbal indefinido por antonomasia (En griego no es muy adecuado la denominación de “tiempos verbales”). En tanto que el presente y el futuro indican una accion imperfectiva (una acción que no está acabada y prosigue en pleno desarrollo) y el perfecto una acción acabada y completa, el aoristo es ¡el tiempo del no tiempo! ¡Valga la redundancia! La acción está abstraída de cualquier idea de tiempo. No hace referencia a una acción que ocurra en algún punto del tiempo, en el pasado, en el presente o en el futuro. Por tanto, enfatiza hechos, estados, realidades y verdades; sirve para recalcar situaciones inmutables y hábitos, deseos y emociones permanentes. En las biblias inglesas y españolas se ha tenido la costumbre de traducir el aoristo griego por un pretérito perfecto simple, restringiendo la acción del verbo a un pasado, como en este caso: “Dios amó”. Pero, qué pasa con el presente ¿Dios está amando? ¿En el futuro continuará amando? Escoger el pretérito perfecto simple para un aoristo griego, no ayuda mucho a captar toda la esencia del indefinido griego. Empero, que Dios ame en aoristo, significa que Dios amó en el pasado, Dios ama en el presente y Dios continuará amando en el futuro, Dios no puede hacer otra cosa más que amar al mundo. Además, Dios ama en todo tiempo, en cada momento, bajo toda circunstancia, a todos y a cada uno de los hombres. El que Dios ame al mundo, no es solamente una acción, sino un estado, una condición permanente, una realidad, un hecho absoluto y la mayor verdad de todas las Escrituras, puesto que “Dios es amor”.

Finalmente, algunas palabras sobre el significado del amor “agapē“. En las escrituras este amor, está siempre relacionado con el amor de Dios. El amor “agapē” es un amor incondicional, un amor inequívoco, universal, sacrificial, autosacrificante, irrestricto, inquebrantable, voluntario, consciente y reflexivo; un amor claro y manifiesto, desinteresado; un amor que no espera nada a cambio; un amor de entrega absoluta; un amor compasivo, verdadero, auténtico; es un impulso hacia la reunión y comunión con todos los seres humanos; una participación en el otro; o: “dejar de ser yo para que el otro sea, desacomodarme a mí mismo para acomodar al otro, morir para que el otro viva” tal como define la Traducción Contemporánea de la Biblia. En definitiva “agapē” es el amor divino puro, perfecto y sublime.

¡De esta manera Dios ama al mundo!

En futuras publicaciones continuaremos analizando el resto del versículo.

iverson Pregunta respondida 3 de julio de 2024
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muchas gracias Eduardo, también lo anoto, como en el otro anterior muy interesante, excelente 😊👍

iverson Pregunta respondida 3 de julio de 2024
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