La imagen de Dios en el hombre

La imagen de Dios en el hombre

LA IMAGEN DE DIOS EN EL HOMBRE

“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” (Cf. Gén 5:1; Gén 9:6; Ecl 7:29; Hch 17:26, Hch 17:28, Hch 17:29; 1Co 11:7; 2Co 3:18; 2Co 4:4; Efe 4:24; Col 1:15; Col 3:10; Stg 3:9; Isa 43:7; Efe 2:10.) El hombre fue creado a la imagen de Dios; se lo hizo a semejanza de Dios en carácter y personalidad. Y a través de las Sagradas Escrituras el nivel y objetivo sentado ante el hombre es el de ser como Dios (Lev 19:2; Mat 5:45 Mat 5:48; Efe 5:1). Y ser semejante a Dios significa ser semejante a Cristo, que es la imagen del Dios invisible.

Consideremos algunos de los elementos que constituyen la imagen divina en el hombre.

3.1. Parentesco con Dios

La relación de las criaturas vivas con Dios consistió en la obediencia ciega a los instintos implantados en ellas por el Creador; pero la vida que inspiraba al hombre era un resultado verdadero de la personalidad de Dios. El hombre realmente tiene un cuerpo que fue hecho del polvo de la tierra; pero Dios sopló en él el hálito de vida (Gén 2:7), dotándole de esa manera con una naturaleza capaz de conocer, de amar y de servir a Dios. Por su imagen divina todos los hombres son, por la creación, hijos de Dios; pero puesto que la imagen ha sido empañada por el pecado, el hombre debe ser “recreado” o nacer de nuevo (Efe 4:24) para ser en realidad hijo de Dios.

Un estudioso del idioma griego ha señalado el hecho de que uno de los vocablos griegos para describir al hombre (anthropos) es una combinación de palabras que significan literalmente “el que mira hacia arriba”. El hombre es un ser que ora, y hay momentos en la vida del hombre más feroz cuando clama a algún Poder superior solicitando ayuda. El hombre quizá no entienda la grandeza de su posición, y de ahí que quizá se convierta en algo como una bestia que perece (Sal 49:20), pero no es una bestia. Aun en su estado de degeneración es testigo de su noble origen, puesto que una bestia no puede degenerarse. Por ejemplo, sería absurdo pensar de una persona que le rogara a un tigre diciendo: “¡Ahora compórtate como un tigre!” Siempre fue y siempre será un tigre. Pero el llamado de “compórtate como hombre” lleva en sí implícito un verdadero significado para aquel que ha caído de su sitial. No importa cuán bajo haya caído, sabe que conducta debiera de haber seguido.

3.2. Carácter moral

El reconocimiento del bien y del mal pertenece sólo al hombre. Se le puede enseñar a un animal a que no haga ciertas cosas, pero no las hará porque sepa distinguir entre lo bueno y lo malo, sino simplemente porque sabe que tal cosa no agrada a su amo. En otras palabras, los animales no poseen naturaleza religiosa o moral; no son capaces de absorber verdades relativas a Dios y la moral. Un gran naturalista escribe lo siguiente:

Me suscribo sin reservas a la opinión de esos escritores que afinan que, de todas las diferencias entre el hombre y los animales inferiores, el sentido moral o conciencia es en alto grado el más importante. Este sentido está sintetizado en la palabra corta, pero imperiosa de “debes” tan pletórica de sentido. Es el más noble de todos los atributos del hombre.

3.3. Razón

El animal es una simple criatura de la naturaleza; el hombre está por encima de la naturaleza, es superior a ella. El hombre es capaz de reflexionar y razonar con respecto a las causas de las cosas. Pensemos de los inventos maravillosos que han sido ideados por el hombre: el reloj, el microscopio, los buques a vapor, el telégrafo, la radio, la máquina de sumar y otros que no se pueden mencionar por lo numerosos. Miremos a la estructura toda de la civilización levantada por las artes diversas. Consideremos los libros que se han escrito, la poesía y la música que se han compuesto. Y luego adoremos al Creador por el don maravilloso de la razón. La tragedia de la historia reside en el hecho de que el hombre ha empleado sus dotes divinos para fines destructores, hasta para negar al Creador que lo hizo una criatura pensante.

3.4. Capacidad para ser inmortal

El árbol de la vida plantado en el huerto del Edén indica que el hombre nunca hubiera muerto si no hubiera desobedecido a Dios. Cristo vino al mundo para traer el alimento de vida y ponerlo a nuestro alcance, de manera que no tenemos que perecer, sino vivir para siempre.

3.5. Dominio sobre la tierra

El hombre estaba destinado a ser la imagen de Dios en lo que respecta a señorío; y puesto que nadie puede ejercer soberanía sin súbditos ni reino, Dios le dio gente tanto como imperio. “Y los bendijo Dios; y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Compare Sal 8:5-8.) En virtud de los poderes que se derivan a raíz del hecho de haber sido formado a la imagen de Dios, todos los seres vivientes sobre la tierra fueron entregados al hombre. Iba a ser el representante visible de Dios con relación a las criaturas que lo rodeaban.

El hombre ha colmado la tierra con sus producciones. Tiene el privilegio especial de sojuzgar los poderes de la naturaleza. Ha hecho que el relámpago sea su mensajero, ha rodeado el globo terráqueo, se ha elevado hasta las nubes y explorado las profundidades oceánicas. Ha hecho que la naturaleza se vuelva contra sí misma; ha ordenado que el viento le ayude al hacer frente a los peligros del mar. Y aunque es maravilloso el dominio del hombre sobre lo externo, la naturaleza muerta, más maravilloso aun es su dominio sobre la naturaleza animada. Ver al halcón, en la caza de cetrería, retornar al halconero y depositar a sus pies la presa, cuando tiene ante sus ojos la libertad de un cielo abierto; ver a los galgos que emplean su velocidad para cazar liebres y conejos que no son para ellos sino para sus dueños; ver al camello transportando al hombre a través del desierto, su habitación, todo ello demuestra la habilidad creadora del hombre, y su parecido con Dios el Creador.

La caída del hombre dio como resultado la pérdida o daño de la imagen divina. Ello no significa que los poderes mentales y físicos (el alma) del hombre se perdieran, sino que la inocencia original y la integridad moral en la cual fue creado fue perdida por su desobediencia. De ahí que el hombre sea completamente incapaz de salvarse a si mismo y sin esperanzas fuera de un acto de gracia que le restaurará la imagen divina. Esta materia será tratada con más amplitud en el capítulo que sigue.

Francopado Pregunta respondida 6 días antes
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La idea de que el hombre fue creado a imagen de Dios es un concepto fundamental en la teología bíblica y se encuentra en el libro de Génesis. Vamos a explorar este concepto en detalle.
Texto Bíblico
El pasaje clave se encuentra en Génesis 1:26-27:> “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Trasfondo Histórico y Contexto Cultural
El libro de Génesis es parte del Pentateuco, atribuido tradicionalmente a Moisés. Fue escrito en un contexto cultural donde las narrativas de creación eran comunes en el antiguo Cercano Oriente. Sin embargo, la narrativa bíblica se distingue por su monoteísmo y la dignidad que otorga al ser humano.
Explicación Teológica
La “imagen de Dios” (en hebreo, “tselem Elohim”) implica varias dimensiones:

1. **Racionalidad y Moralidad**: El ser humano tiene la capacidad de razonar y tomar decisiones morales, reflejando el carácter de Dios.

2. **Relacionalidad**: Dios es un ser relacional, y el hombre también fue creado para vivir en relaciones, tanto con Dios como con otros seres humanos.

3. **Dominio y Mayordomía**: El hombre fue creado para ejercer dominio y mayordomía sobre la creación, reflejando el gobierno soberano de Dios.
Interpretación Simbólica
La “imagen de Dios” no se refiere a una semejanza física, ya que Dios es espíritu (Juan 4:24). Más bien, es una representación simbólica de las cualidades y atributos divinos que el ser humano refleja.
Etimología
La palabra hebrea “tselem” (צֶלֶם) se traduce como “imagen” y puede referirse a una representación o semejanza. La palabra “demut” (דְּמוּת), traducida como “semejanza”, sugiere una similitud o comparación.
Ejemplos Concretos
1. **Racionalidad y Moralidad**: La capacidad del ser humano para discernir entre el bien y el mal, como se ve en la historia de Adán y Eva en el Jardín del Edén (Génesis 2-3).

2. **Relacionalidad**: La creación de Eva como compañera de Adán (Génesis 2:18-24) muestra la importancia de las relaciones humanas.

3. **Dominio y Mayordomía**: La tarea dada a Adán de nombrar a los animales (Génesis 2:19-20) y cuidar del jardín (Génesis 2:15) ejemplifica el rol de mayordomía.
Conclusión
La “imagen de Dios” en el hombre es un concepto rico y multifacético que abarca la racionalidad, moralidad, relacionalidad y responsabilidad del ser humano. Este concepto no solo define la dignidad y valor intrínseco del ser humano, sino también su propósito y función en la creación.

Francopado Pregunta respondida 6 días antes
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