La entrada del pecado en el mundo es una cuestión fundamental en la teología cristiana y se aborda principalmente en el libro de Génesis en la Biblia. A continuación se presenta un análisis detallado de cómo el pecado entró en el mundo según la narrativa bíblica y las interpretaciones teológicas relacionadas:
1. La Creación Original y la Bondad de Dios
a. La Creación como “Buena”: En Génesis 1, se describe la creación del mundo y se concluye con la declaración de Dios de que todo lo creado era “bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Esto incluye la creación de los seres humanos, quienes fueron hechos a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27).

b. La Naturaleza del Hombre: Los primeros seres humanos, Adán y Eva, fueron creados sin pecado y colocados en el Jardín del Edén, un lugar perfecto donde disfrutaban de una relación íntima con Dios.
2. La Tentación y la Caída
a. La Tentación: En Génesis 3, se introduce la figura de la serpiente, que representa a Satanás. La serpiente tentó a Eva, cuestionando la bondad de Dios y sugiriendo que desobedecer a Dios les daría sabiduría y poder similar al de Dios (Génesis 3:1-5).

b. La Desobediencia: Adán y Eva comieron del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, desobedeciendo el mandato claro de Dios de no hacerlo (Génesis 2:16-17; 3:6). Esta desobediencia es lo que se conoce como “la caída”.
3. Las Consecuencias del Pecado
a. Ruptura de la Relación con Dios: Inmediatamente después de comer del fruto, Adán y Eva experimentaron vergüenza y miedo, y se escondieron de Dios (Génesis 3:7-10). Su relación con Dios se fracturó.

b. Maldiciones y Castigos: Dios pronunció una serie de maldiciones como resultado del pecado. La serpiente fue maldita a arrastrarse sobre su vientre, Eva enfrentaría dolores en el parto y Adán trabajaría la tierra con dificultad (Génesis 3:14-19).

c. Entrada de la Muerte: La muerte, tanto física como espiritual, entró en el mundo como consecuencia del pecado. Dios declaró que Adán y Eva, y por extensión toda la humanidad, volverían al polvo del que fueron formados (Génesis 3:19).
4. El Pecado en la Humanidad Posterior
a. Transmisión del Pecado: La teología cristiana enseña que el pecado de Adán y Eva afectó a toda la humanidad. Este concepto se conoce como “pecado original”, que sostiene que todos los seres humanos nacen con una naturaleza caída y una inclinación al pecado (Romanos 5:12).

b. La Expansión del Pecado: Después de la caída, el pecado se expandió rápidamente. La narrativa bíblica describe cómo la maldad humana aumentó, culminando en eventos como el asesinato de Abel por Caín (Génesis 4:8) y la corrupción generalizada que llevó al diluvio en tiempos de Noé (Génesis 6:5-7).
5. Redención y Restauración
a. Promesa de Redención: Desde el momento de la caída, Dios prometió un redentor. En Génesis 3:15, se menciona la “simiente de la mujer” que herirá a la serpiente, una profecía que los cristianos interpretan como el primer anuncio del Mesías, Jesucristo.

b. La Obra de Cristo: Según el Nuevo Testamento, Jesucristo vino al mundo para redimir a la humanidad del pecado. Su vida perfecta, muerte sacrificial y resurrección ofrecen perdón y restauración a quienes creen en Él (Romanos 5:18-19; Juan 3:16).

c. Vida Nueva en Cristo: La redención en Cristo permite a los creyentes vivir una vida nueva, siendo transformados a la imagen de Dios y capacitados por el Espíritu Santo para vencer el pecado y vivir en justicia (Romanos 6:4; 2 Corintios 5:17).
Conclusión
La entrada del pecado en el mundo se explica en la narrativa bíblica a través de la desobediencia de Adán y Eva, quienes fueron tentados por Satanás y eligieron desobedecer a Dios. Esta caída tuvo consecuencias profundas y devastadoras para toda la humanidad, introduciendo el pecado y la muerte en el mundo. Sin embargo, desde el principio, Dios también prometió redención a través de Jesucristo, quien ofrece restauración y nueva vida a todos los que ponen su fe en Él. La historia del pecado y la redención es central en la teología cristiana y explica tanto la condición caída del mundo como la esperanza de salvación y restauración en Cristo.