¿Los cinco puntos de arminiano y calvinista?
¿Los cinco puntos de arminiano y calvinista?
¿Cuál es la diferencia de los dos?
Arminiano y calvinista
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LOS CINCO PUNTOS DEL CALVINISMO
Depravación total: La caída de Adán afectó a toda la raza humana; la humanidad está muerta en sus delitos y pecados. El hombre es incapaz de salvarse.
Elección incondicional: Como el hombre está muerto en el pecado, no tiene la capacidad de responderle a Dios; por lo tanto, en el pasado eterno Dios eligió a ciertas personas para salvarlas. La elección y la predestinación son incondicionales; no tienen su base en la respuesta del hombre.
Expiación limitada: Como Dios determinó que algunas personas se salvaran por su elección incondicional, determinó que Cristo muriera por los elegidos. Serán salvos todos aquellos que fueron elegidos y por los cuales murió Cristo.
Gracia irresistible: Dios, con su gracia irresistible, atrae para sí a quienes Dios eligió y por los que Cristo murió. Dios hace que el hombre anhele llegar a Él. Cuando Dios llama, el hombre responde.
Perseverancia de los santos: Quienes han sido elegidos y atraídos a Dios por el Espíritu Santo, perseverarán en la fe. No se perderá ninguno de los elegidos por Dios; están seguros por la eternidad.
DOCTRINA ARMINIANA (LA REMONSTRANCIA)
Elección con base en el conocimiento: Dios eligió a quienes Él sabía que por su propio libre albedrío creerían en Cristo y perseverarían en la fe.
Expiación ilimitada: En su expiación, Cristo proporcionó la redención para toda la humanidad haciendo que toda la humanidad sea potencialmente salva. La expiación de Cristo sólo es efectiva en los que creen.
Incapacidad natural: El hombre no puede salvarse por sí mismo; el Espíritu Santo es quien efectúa el nuevo nacimiento.
Gracia preveniente: La obra preparatoria del Espíritu Santo permite que el creyente responda al evangelio y coopere con Dios en la salvación.
Perseverancia condicional: Los creyentes han recibido poder para vivir una vida de victoria, pero tienen la capacidad de darle la espalda a la gracia y perder su salvación.
Compendio Portavoz de teología © 2010 por Editorial Portavoz