Santa cena

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Santa cena

Tengo una duda por muchos años, se que la santa cena es un símbolo de la muerte de Jesús por nuestros pecados y a modo de recordatorio lo hacemos hasta que el venga, pero mi pregunta es según lo que hizo Jesús con sus discípulos en la pascua y lo que habla en la carta a los corintios se hacía una cena real donde invitaban a las viudas y los huérfanos a que vinieran a comer, ¿en que momento se dejó de hacer como una cena y se comenzó a hacer como símbolo con una copita y un pedacito de pan?

Baudilio Nuevo comentario publicado 14 de diciembre de 2024

Tengo una duda por muchos años, se que la santa cena es un símbolo de la muerte de Jesús por nuestros pecados y a modo de recordatorio lo hacemos hasta que el venga, pero mi pregunta es según lo que hizo Jesús con sus discípulos en la pascua y lo que habla en la carta a los corintios se hacía una cena real donde invitaban a las viudas y los huérfanos a que vinieran a comer, ¿en que momento se dejó de hacer como una cena y se comenzó a hacer como símbolo con una copita y un pedacito de pan?

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LA SANTA CENA
“Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio,
diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria
de mí. De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.”
(Lucas 22:19-20)
INTRODUCCIÓN
La Biblia nos muestra dos ordenanzas: El Bautismo en agua, y la Cena del Señor (Lc. 22:19). La Cena del
Señor, también llamada Santa Cena fue establecida por el Señor Jesús, pero en el Antiguo Testamento
encontramos una figura de ella en (Gn.14:18), cuando el Sacerdote Melquisedec, ofrece pan y vino
a Abram, ministrando de esta manera la Santa Cena.
DESARROLLO:
1. JESUCRISTO EL CORDERO DE DIOS: Dios prometió a Abraham que se proveería a sí mismo de un
cordero (Gn. 22:8). Cuando Jesús vino al profeta Juan el Bautista, éste lo identificó como “el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Antes de ir a la cruz el Señor Jesús se
reunió con sus discípulos (Mt. 26:20), para celebrar la fiesta de la Pascua; allí incorporó el pan y el
vino, estableciendo de esa forma un pacto nuevo, BASADO EN SU CUERPO Y SU SANGRE (Mt.
26:26-27), mostrando los planes de bendición de Dios para su pueblo: la liberación de la
esclavitud del pecado a través del sacrificio de su Hijo Jesucristo (1 Co. 15:57).
2. LA CENA DEL SEÑOR:
a) Fue establecida por JESÚS: La noche que fue traicionado, el Señor lo indicó “haced esto en
memoria de mi” (Lc. 22:19), que tiempo después le fue revelado al Apóstol Pablo (1 Co. 11:23-
25). Siendo esta una ordenanza que debe ser obedecida (Mt. 28:20; Jn. 8:31; 1 Jn. 3:22).
b) Los elementos: PAN Y EL VINO. Cuando muchos discípulos no comprendieron la enseñanza de
comer del pan que descendió del cielo, se apartaron (Jn. 6:60-66), tiempo después el Apóstol
Pablo invita a discernir el cuerpo del Señor al tomar el pan y el vino (1 Co. 11:29). En este acto
participamos simbólicamente, no literalmente, de la carne y sangre del Señor (Jn. 6:52-56).
• El Pan (Lc. 22:19): El Señor dijo que Él era el pan vivo que descendió del Cielo (Jn. 6:51). En
Juan 6 habla de su carne, su cuerpo: que es verdadera comida (del griego BROSIS: comida,
alimento. Strong G1035). Cuando el Señor dijo “esto es mi cuerpo que por vosotros es partido”,
enseña el simbolismo del acto, que se refiere a la consustanciación (realidad de Cristo en el
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acto no en los elementos). Simboliza la comunión con los hermanos, que siendo muchos,
somos parte del cuerpo místico de Cristo que fue partido (1 Co. 12:12), y que, para estar en
Él, debemos amarnos los unos a los otros (1 P. 1:22); también nos recuerda que ya no somos
huérfanos, sino hijos de Dios (Jn. 14:18; 1 Jn. 3:1; Heb. 12:9).
• El Vino (Mt. 26:27-28): La sangre (HAIMA, Strong G129), es esencia de la vida (Lv. 17:11),
y el Señor la presentó como ver dadera bebida (POSIS: bebida, representado en el jugo de
las uvas o vino. Strong G4213), cuando dijo “esto es mi sangre”, la cual es derramada para
vida. Representa la comunión con el Señor, ya que la sangre derramada significa perdón de
pecados (Heb. 9:22), y paz del hombre para con Dios (2 Co. 5:19) por la que tenemos entrada
al Lugar Santísimo donde está el Señor en su trono de gracia (Heb. 4:16)
3. ¿POR QUÉ DEBEMOS TOMAR LA SANTA CENA?
a) Recordar la muerte y resurrección del Señor (1 Cor. 11:24): El alma tiende a olvidar las bondades
de Dios (Sal.103:2), por lo que uno de los objetivos de la Cena es recordar el sacrificio del Señor
en la cruz (Fil. 2:8), para mantener viva la esperanza (Ro. 5:2), y estar apartados para Él (1 Jn. 3:3).
b) Tener vida eterna en sí mismos (Jn. 6:51-53): Al juzgarnos a nosotros mismos en la Santa Cena
(1 Co. 11:28), debemos despojarnos de lo que no conviene y desagrada a Dios y para que Él
nos limpie (1 Jn. 1:9). Cuando comemos la Santa Cena estamos comiendo a Cristo y su vida
(Zoe), está en nosotros (Jn. 6:57).
c) Tener comunión con Dios: Conduce a buscar la limpieza del alma y si se permanece firme, se
tiene la vida de Él (Jn. 6:56).
d) Fortalecerse, sanar y tener vida (1 Co. 11:30): Las consecuencias de no tomar la Cena en la
comprensión y actitud espiritual adecuada son: debilidad, enfermedad espiritual y física, y hasta
muerte física, por ello al participar de la Cena como agrada al Señor, recibimos: fortaleza, sanidad
espiritual y física, y vida física adicional.
e) Tomar su Imagen: La sangre contiene la genética, esta es la razón por la que los hijos se parecen
a los padres (Gn. 5:3), cuando participamos de la sangre estamos introduciendo la genética
Divina en nuestra vida, para despojarnos del viejo hombre (Ef. 4:22), y así tomar la imagen del
nuevo hombre (1 Co. 15:48), hasta llegar a la estatura del varón perfecto, nuestro Señor
Jesucristo (Ef. 4:13).
f) No ser juzgados con el mundo: Al hacer uso del juicio personal, guiados por el Espíritu Santo,
somos redargüidos de pecado (Jn. 16:8), lo que nos conduce al arrepentimiento y a estar en la
voluntad de Dios (2 Co. 7:10).
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4. INSTRUCCIONES EN LA CENA DEL SEÑOR:
a) En su memoria: No debemos acercarnos a su mesa como un rito (Mt. 15:8), sino en memoria
de su sacrificio, en su honor (1 Co. 11:24-25), anunciando que, a través de su muerte, Él pagó
la deuda del pecado: pasado (Ef.2:1-2), presente (1 Jn. 2:1), y con la expectativa “hasta que Él
venga”, es decir, lleva implícito el anuncio de su resurrección y retorno, porque Él vive (Lc.24:5),
produce gozo y alegría a los que han alcanzado el perdón de pecados (1 Co. 15:14).
b) Discernir el cuerpo del Señor: Es distinguir que lo que se hace, no solamente es una ceremonia
física (Lc. 22:15), sino un acto con un alto contenido espiritual: es la sustancia del pan que
representa el cuerpo de Cristo (Col. 1:18), al entender que en su cuerpo “Él llevó el castigo de
nuestra paz, que fue herido por nuestras transgresiones y que por sus llagas fuimos curados”
(Is. 53:5). También es amar al hermano como Él nos ama (Jn. 15:12), para no ser culpado del
cuerpo y de la sangre del Señor (1 Co. 11:29).
c) Participar dignamente: No se habla de ser perfectos para participar (Lc. 22:31-32), sino de
buscar la perfección en Él (Mt. 26:75); es la oportunidad de juzgarnos a nosotros mismos
poniéndonos a cuentas con Dios (1 Co. 11:28), no guiados por el alma, porque ésta tiende a
auto justificarse (Lc. 12:19), sino por medio del Espíritu Santo, el cual nos guía a toda verdad (Jn.
16:13). Participar dignamente es reconocer nuestra condición de debilidad y pedirle ayuda
para evitar ser juzgados por el mundo y no ser acusados por el diablo.
d) No por ritualismo: El no discernir el cuerpo de Cristo en la Santa Cena implica comer y beber
juicio. Cuando estamos en medio de ese preciso momento debemos analizar nuestros actos,
arrepentirnos ya que estamos delante del Espíritu Santo (1 Co. 11:29-30).
e) En la comunión del Espíritu Santo: La cena fue preparada en un aposento alto (Lc. 22:12), figura de
la búsqueda de la comunión con Dios (Ex. 24:15-16).
f) Periodicidad (1 Co. 11:25): La Biblia no indica las veces que se debe participar, ni mínimo ni
máximo; sin embargo, indica que se debe hacer constantemente.
La Cena del Señor es un banquete, es una fiesta de liberación y bendición preparada para el pueblo
de Dios; para ponernos a cuentas y buscar la comunión con Él, por lo que debemos participar
solemnemente y a la vez gozosos de que se nos haya dado la oportunidad de recibir tal bendición
por medio del sacrificio del Señor.

Luis Villegas Burgos Pregunta respondida 14 de junio de 2024
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